El Consejo de Gobierno de la Diputación ha dado esta semana luz verde a los proyectos de Norma Foral de modificaciones fiscales y al de reforma del Impuesto de Patrimonio. El portavoz foral, Imanol Lasa, ha explicado hoy que la decisión supone un paso más en el camino que deben recorrer estos cambios normativos hasta su aplicación. Además ha adelantado que el impacto recaudatorio de las medidas incluidas en el proyecto de Norma Foral de modificaciones tributarias, que afecta sobre todo al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y el Impuesto sobre Sociedades, supondrá un incremento en la recaudación de 38,4 millones de euros.
Lasa, que ha comparecido hoy en rueda de prensa para informar sobre las decisiones adoptadas por el Consejo de Gobierno, ha explicado que las dos normas forales pasarán ahora a las Juntas Generales, donde se debatirán primero en la comisión de Hacienda y Finanzas y se votará su aprobación definitiva, posteriormente, en sesión plenaria. Según el portavoz, la primera de las citas tendrá lugar “a principios de abril”, mientras que el segundo hito podría producirse durante el Pleno de abril.
“Con estas medidas buscamos adaptar nuestra normativa al contexto actual, un proceso de mejora continua que contribuirá a mantener la recaudación e incluso podemos hablar de un ligero incremento”, ha detallado Lasa. Entre las medidas que incluye el proyecto de Norma Foral de modificaciones tributarias, el portavoz foral ha destacado, en el ámbito del IRPF, los nuevos incentivos de cara a atraer inversiones de capital a start-ups innovadoras que, a su juicio, supondrán “aumentar el atractivo para el emprendimiento en el territorio”.
En lo que respecta al Impuesto de Sociedades, las modificaciones afectarán a los tipos del tributo en una doble vertiente: por un lado, se reducen los tipos nominales y, por el otro, se incrementan los tipos mínimos, ambos de forma escalonada en los ejercicios de 2018 y 2019. Además se introducen limitaciones para la aplicación de diversas deducciones, tales como los gastos financieros, las inversiones en innovación o la compensación de bases imponibles negativas, lo que contribuirá a incrementar la recaudación de este tributo.
En el caso de la reforma del Impuesto sobre Patrimonio, el portavoz foral ha recordado que la medida es una continuación de los cambios introducidos en dicho tributo en 2015 y que, por tanto, viene a completar el ciclo comenzado durante el primer año de la legislatura y alinea el grueso del tributo guipuzcoano con los de Araba y Bizkaia. En virtud de ello, se introduce la figura del escudo fiscal, se actualizan las tarifas del impuesto y se cambia su denominación: de Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas a Impuesto sobre Patrimonio, un nombre que, según el portavoz foral, “es más acorde con la realidad del territorio”.
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