La Junta de Gobierno aprobará mañana martes una serie de cambios en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con el propósito de adecuar la norma a las nuevas necesidades y realidades socioeconómicas de la ciudad. Al tema se han referido hoy el alcalde Eneko Goia, el Teniente Alcalde Ernesto Gasco y el concejal de Urbanismo, Enrique Ramos. Entre otros cambios se facilitará la división de viviendas para hacerlas más acordes con el tipo de habitantes.
El alcalde Eneko Goia se ha referido a tres modificaciones. La que «busca mantener el equilibrio entre el sector residencial y el terciario» (ya se anunció que a partir de ahora los edificios residenciales no podrán ser convertidos en hoteles), la referida a la ordenanza de viviendas turísticas «que con esta modificación encuentra su encaje» y a un cambio de condiciones para la división de los pisos. «La ciudad construida no responde a las características que presenta nuestra población. Tenemos grandes viviendas que albergan a pocas personas y facilitando la división haremos un mejor uso de lo construido», explicó al respecto Goia.
Por su parte Ernesto Gasco se ha referido a los balcones que dejarán de contabilizar como metros construidos a la hora de medir la vivienda. «Si un vecino tiene cinco metros cuadrados de terraza o balcón no contabilizarán como metros construidos», ha explicado el teniente alcalde, añadiendo que «es una cuestión relevante para el tamaño de las viviendas y para la calidad de vida de los vecinos».
Con más detalle
A partir de mañana se establece con carácter general la necesidad de redactar y tramitar un plan especial en los casos en los que se pretenda implantar en la totalidad de un edificio residencial un uso diferente al propiamente residencial, si bien las normas particulares de cada ámbito urbanístico establecerá las condiciones o excepciones a esta norma general.
De esta forma el Ayuntamiento podrá decidir en qué zonas de la ciudad establece este requisito con el fin de obtener un mayor control sobre la transformación de edificios residenciales en usos terciarios, fundamentalmente hoteleros.
En lo que se refiere a los criterios generales de cómputo de la edificabilidad física: se excluye del cómputo de aprovechamiento a los primeros 5 m2 de vuelos abiertos de todas las nuevas viviendas. Igualmente se elimina del cómputo del 50% los cierres realizados por cortinas de tela o cristal que no formen un cerramiento continuo. Asimismo se admite el cierre de hasta 5 m2 de balcones siempre y cuando se haga de forma unitaria en todo el edificio.
Espacios de carga, maniobra y aparcamiento de las actividades comerciales. Pretende recoger las numerosas variables existentes al respecto y la diversidad de actividades comerciales, por lo que establece que en cada caso particular deberán llevarse a cabo las medidas correctoras necesarias, que no necesariamente deben ser las mismas en todos los casos.
Respecto al tamaño mínimo y promedio de vivienda: Se modifica el tamaño promedio mínimo de las viviendas, que se establece en 50 m2 (antes en 85) en las de tipologías Residencial casco antiguo, Residencial del Ensanche y Residencial de edificación abierta. Y en 75 m2 (anteseran 120) en Residencial de edificación de bajo desarrollo.
Por lo tanto hay que remarcar que esta modificación lo que persigue es adecuar el tamaño promedio de las viviendas existentes a la dimensión promedio de las unidades familiares actuales y futuras, y permitir así la rehabilitación funcional de las actuales viviendas sin necesidad de incrementar la edificabilidad de los distintos ámbitos de suelo residencial consolidado.
Por último se dará una serie de diferentes cambios en dotaciones de aparcamiento, en usos de equipamiento comunitario y de interés social, explotaciones agropecuarias forestales, usos e instalaciones vinculadas a las obras públicas u otros usos no rurales susceptibles de autorización.