La ordenanza sobre viviendas turísticas presentada hace un par de semanas por el alcalde Eneko Goia tendrá que enfrentarse a 59 enmiendas de la oposición (15 de EH Bildu, 20 de PP y 24 de Irabazi). Más allá de particularidades la zonificación de la ciudad en tres partes no ha gustado a los grupos.
Por ejemplo el PP propone respetar el área saturada de la Parte Vieja pero aboga por unificar el resto. Además cree probable que la ordenanza sea recurrida en los tribunales por su falta de madurez y entiende que tendrá que modificarse.
Por su parte Irabazi ha explicado que el objetivo de sus enmiendas es el de garantizar el fin social de la vivienda. Las enmiendas de Irabazi quieren diferenciar claramente el uso urbanístico de vivienda turística cuando la persona o entidad que oferta la vivienda no reside de forma habitual en ella, de aquellas que constituyen la residencia habitual y efectiva de quienes las alquilan de manera ocasional.
Respecto a estas últimas, Irabazi entiende que esas viviendas siguen cumpliendo el fin social de constituir un lugar de residencia permanente en el que desarrollar un proyecto de vida, algo que cree compatible con su alquiler total o parcial de forma ocasional.
Respecto a EH Bildu, que dará a conocer próximamente sus enmiendas, se mostró desde el principio contrario a flexibilizar la norma de la primera planta.
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