Una delicada lluvia de hojas teñidas de mil tonos de ocres, rojos, naranjas o amarillos, caía dulcemente, acariciando al caminante. Esa era una de las sensaciones más hermosas, que el otoño le reglaba, le encantaba dejarse mecer por las hojas traídas por el viento. Su paso era lento, no había lugar para la prisa en…Continuar leyendo «Belabarze. El bosque primigenio»