El caminante marchaba pausadamente por la sucesión de bellas y dulces praderas de altura que aquella mágica sierra le regalaba. Marchaba, disfrutando de cada paso que sus viejas botas daban sobre la mullida hierba de verde intenso. Marchaba imbuido en sus pensamientos, ésos que tan solo determinados lugares especiales, son capaces de hacer florecer. Caminando…Continuar leyendo «Unako Potzua. El mágico lago de la montaña»