Una delegación de la plataforma BDZ (Boikot, Desinbertsioak eta Zigor ekonomikoak) se ha reunido recientemente con responsables de Oceta, la entidad organizadora de la Clásica de San Sebastián. Según ha informado la propia plataforma, este año no participará en la prueba ningún equipo israelí, a diferencia de lo ocurrido en 2023, cuando compitió el Israel-Premier Tech.
Desde BDZ se considera que la protesta organizada el pasado año -que incluyó muestras públicas de apoyo al pueblo palestino tanto durante la presentación de equipos como en distintos puntos del recorrido- ha sido determinante. A su juicio, el equipo israelí ha entendido que «no es bienvenido en Euskal Herria» y por ello ha decidido no acudir.
El movimiento BDZ, que forma parte de la campaña internacional BDS (Boycott, Divestment and Sanctions), lleva dos décadas impulsando el boicot al Estado israelí. En su comunicado, recuerda que Israel “impide la participación internacional de deportistas palestinos” mientras utiliza al deporte profesional “para normalizar su imagen” pese a las denuncias internacionales por sus políticas contra la población palestina, agravadas con la ofensiva militar en Gaza.
BDZ ha llevado a cabo acciones similares en otras competiciones deportivas en Euskadi, como la Euroliga de baloncesto en Vitoria-Gasteiz o el campeonato de surf Basque Country Junior Pro en Donostia. En ese contexto, critican el «doble rasero» de los organismos internacionales por haber aplicado sanciones a Rusia, pero no a Israel.
La plataforma insta a organizadores, equipos y aficiones a secundar el boicot deportivo a Israel y ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para que el día de la Clásica exprese su solidaridad con el pueblo palestino, especialmente en los metros finales del recorrido. “Las imágenes de meta del año pasado tuvieron gran repercusión mediática”, subrayan.



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