El pintor donostiarra Beñat Olaberria y el diseñador gráfico holandés Marcel Flier exponen por primera vez sus creaciones conjuntas en la galería ‘Ne[b]era’ de la calle San Jerónimo, 19, en la Parte Vieja donostiarra. La muestra permanecerá abierta de lunes a domingo hasta el 10 de agosto de 11.00 a 21.00 horas. Donostitik ha tenido la ocasión y el placer de hablar con Olaberria y con Nerea Urrestarazu, propietaria de la tienda Koloreka, en un local que en su día albergó una carnicería y en cuya nevera expone las obras.

Olaberria y Flier han bautizado ‘Bigarren azala’ la exposición, mientras que la colaboración entre ambos recibe el nombre de 112 Atelier, «un proyecto salsero», afirma el pintor donostiarra. «Nos gusta hacer cosas sin controlarlas. Tenemos una actitud así como muy punk. Marcel y yo nos conocimos por Instagram el año pasado y, como nos gustaba el trabajo del otro, tuvimos ganas de hacer esta historia».
La muestra se compone de grabados, collages, esculturas blandas y colgantes, nos indica, mientras observamos a través de una ventana abierta en la pared de la antigua nevera una de sus obras, una escultura elaborada «con retales de las sobras de nuestros respectivos trabajos».
Predomina el blanco y negro y paletas muy sutiles. «Nos interesa trabajar con la ausencia de color».
Pero sobre todo les gusta «dar una segunda vida a los proyectos que han salido mal. Por eso la exposición se llama Bigarren azala. Olaberria nos indica unas serigrafías también expuestas en la nevera para ilustrar su «actitud punk», porque ninguno de los dos había trabajado con ellas antes.
«No creo mucho en la inspiración sino en el trabajo, en hacer, trabajar sin saber a dónde vamos, y la obra sale por sí sola. Marcel es más planificador y yo más salvaje y me fío de mis instintos», declara. «Lo que a los dos nos engancha y nos atrae es el proceso».
Proyectos paralelos
«Tenemos cajas llenas de sobras de telas y papel y usamos lo que tenemos a mano», para dar una segunda oportunidad a los materiales. Olaberria se declara un apasionado de lo abstracto y menciona como referentes la caligrafía japonesa y el expresionismo abstracto norteamericano.
«No nos queremos encasillar, para los dos es un proyecto paralelo y se trata de pasarlo bien. Además nuestros respectivos trabajos por separado se nutren de estas colaboraciones«, narra el artista, añadiendo que el día 8 se irá a Países Bajos para trabajar con Marcel en una instalación para una feria con materiales y pigmentos naturales, y a dibujar con fuego y con humo.
«Mi madre me vio usando mal la máquina de coser porque yo no había utilizado una en la vida, pero es que no nos interesa dominar las técnicas, sino aprender y jugar para crear algo que a nosotros nos gustaría encontrar», explica. Y advierte de que esta es una exposición que «premia a los pacientes, a quienes se paren a contemplarla porque vivimos todos agarrados al móvil». Nerea Urrestarazu respalda sus palabras: «Cada vez que la ves encuentras una cosa nueva».
Urrestarazu nos recuerda que esta es la sexta exposición que alberga la nevera de Koloreka. La tienda abrió en 2013 y la nevera como galería fue inaugurada en 2022. Las obras a la venta en el resto del local son creaciones de Urrestarazu, y son de estilo figurativo, muy reconocible, aunque contienen muchos vacíos sugerentes. Más sobre la galería ‘Ne[b]era’ de Koloreka, aquí.



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