El grupo ecologista Parkea Bizirik kukulunbera y una veintena de colectivos han solicitado la suspensión del festival Glad is the Day, previsto para el 3 de agosto en el parque donostiarra de Cristina Enea. Con el lema «Parque Kristina Enea – Gladys, sí. Glad is the Day, derogación», denuncian graves daños medioambientales que el evento provocaría en este espacio natural.
El parque cuenta con 95.000 m² y alberga árboles centenarios y diversas especies de fauna y flora protegida. Según las organizaciones firmantes, este patrimonio natural “necesita paz y una gestión culta” para preservar su biodiversidad, y alertan de que la celebración del festival “actúa como un agente defaunador”.
Entre los impactos denunciados destacan el paso de vehículos pesados que dañan el entorno, la presencia de miles de personas (25.000 en la edición de 2024) que compactan el suelo, alteran el ecosistema y provocan estrés en la fauna; el uso de sonido a gran volumen que interfiere con la comunicación natural de las especies y el deterioro de zonas de nidificación, paso de anfibios y reptiles, así como acumulación de residuos y orina en espacios sensibles.
También señalan riesgos para la seguridad y la salud como la ausencia de control de aforo, falta de planes de emergencia y el riesgo de incendios en pleno verano. Asimismo denuncian la proliferación del mosquito tigre, especie invasora que podría actuar como vector de enfermedades.
A nivel institucional, los colectivos acusan a Donostia Kultura de ignorar reiteradas advertencias que según Parkea Bizirik habría hecho el Departamento de Medio Ambiente municipal sobre la idoneidad del espacio para este tipo de eventos. También critican los vínculos con marcas patrocinadoras y reclaman un cambio de modelo que priorice la biodiversidad sobre la rentabilidad comercial.
Entre las 16 entidades firmantes figuran grupos naturalistas como Eguzki, Haritzalde, Landarlan, Mutriku Natur Taldea, así como asociaciones vecinales de Egia, la Parte Vieja o Erriberak.
Los ecologistas reclaman la creación de un patronato multidisciplinar que gestione el parque con criterios ecológicos y participativos, y piden a la ciudadanía que no acuda al festival como forma de presión para detener futuras ediciones.



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