El alcalde de Donostia, Eneko Goia, deja la Alcaldía tras diez años al frente del Consistorio donostiarra. «El pleno de política general del 16 de octubre será el último para mí, dado que dejaré el Ayuntamiento. Esta es una decisión tomada hace mucho tiempo porque creo que es bueno que existan ciclos con principio y final, y saber hacer un relevo ordenado», ha dicho el todavía alcalde en rueda de prensa. «Me voy muy satisfecho y lo digo sinceramente«.

El regidor donostiarra ha explicado que en los inicios de su mandato dijo a un periodista que no quería ser un alcalde eterno, que entendía este trabajo «como un ciclo». «Siempre se pueden encontrar razones para seguir, pero la inercia es una fuerza muy peligrosa».
Entre los mayores desvelos de estos años ha citado los cuarteles de Loiola, «misión cumplida», las inundaciones de Martutene que también tuvieron un final feliz, «el topo está encarrilado, la estación de la Alta Velocidad también…» «Siempre quedan cosas, claro», ha añadido. «Nunca queda todo cerrado. Pero los retos futuros están en buenas manos y los seguiré apoyando esté donde esté, porque siempre seré donostiarra hasta la médula».
No ha querido referirse Goia ni a su futuro en particular ni a quién le sucederá en la Alcaldía. «Hoy no es relevante qué voy a hacer después. No cierro este ciclo porque vaya a abrir otro. Y no me corresponde hablar de la sucesión. He anunciado que pongo fin a mi etapa, y la decisión sobre quién será el próximo alcalde corresponde al partido». Sí ha destacado en varias ocasiones «que hay banquillo» y personas capaces en el grupo político. Y «el proyecto está bien blindado».
En otro momento de la rueda de prensa Goia ha agradecido su trabajo a sus colaboradores más cercanos; a su familia, «que me ha aguantado», y al partido, «que me dio la oportunidad de trabajar por mi país y mi ciudad». Reacciones de los grupos, aquí.




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