“Hablar de literatura es una pasión”, dice Espido Freire (Bilbao, 1974), protagonista este martes de la segunda jornada de Literaktum en el centro cultural Ernest Lluch, igual que lo han sido Fernando Navarro en la Librería Zubieta y Julen Apella en Elkar.
Para Freire hablar de literatura es una pasión, pero mucho más si es en torno a una de las autoras más queridas, mitificadas y adaptadas, Jane Austen, de cuyo nacimiento se cumplen 250 años.

La inglesa es tan esencial en la vida literaria de la escritora bilbaína que le ha dedicado cuatro obras: Querida Jane, Tras los pasos de Jane Austen, la reciente Dos tardes con Jane Austen y la novela Mi tía Jane. De todo ello ha hablado Freire con el periodista Eduardo Yáñez.
«A Jane Austen la leen muchas más mujeres que hombres, y estamos en un proceso de hiperfeminización, sobre todo por las adaptaciones, que se quedan con la faceta amorosa», ha explicado Freire, refiriéndose también a los bulos, numerosos, que rodean a la autora. El peor, en su opinión: «que es romántica, victoriana, y habla de romances de mujeres tontas».
«Como una prima mayor»
Ha narrado que tras estudiarla en la universidad empezó a plantearse cómo era posible que una mujer en las condiciones en que vivió Jane Austen, igual que ocurrió con las Brontë, fuera capaz de escribir seis novelas tan fascinantes. «Me preguntaba por esa chispa creativa. Veo a Jane Austen como esas personas tan agudas, tan inteligentes, que da igual de qué hablen porque te vas a divertir. Es como una prima mayor«.
Freire ha defendido que en la época de Jane Austen había un importante afán literario y las mujeres escribían con frecuencia reflexiones, cartas, pequeños poemas de aniversario, notitas rimadas, cuentos… «El XVIII, que es aparentemente un siglo soso, nos dio las fábulas, la enciclopedia, el inicio del romanticismo y de la novela gótica».
Más allá del afán literario que pudiera tener Jane, hay dos constantes que marcaron su vida y también su obra: las estrecheces económicas y la moral recta. «Para conocerla me ayudó viajar a Inglaterra. Caminar por Bath y pensar cómo sería aquello cuando murió su padre y ella, su madre y su hermana tuvieron que mantener las apariencias. Esos años no escribió».
Pese a todo Austen creó seis novelas, dos ensayos y alguna obra menor. «Su producción literaria nos demuestra que no se trata de escribir, sino de pensar».
Feminismo y crítica
No es un secreto que en esa época las mujeres estaban educadas para ser esposas. En el caso de Jane, además, con un clérigo, ya que toda la familia estaba muy ligada a la Iglesia.
Sin embargo «Jane, que no se casó porque no tenía dote», veía todo desde un enfoque particular. Como sus heroínas, que eran diferentes. «Sus protagonistas exigen ser respetadas cuando la mayor parte de los autores y las autoras renunciaban a este punto», ha incidido Espido Freire.
La opinión de la inglesa sobre el matrimonio no era convencional. De hecho Freire ha narrado que Austen habló a su sobrina, que sufría un desamor, sobre el riesgo físico de los alumbramientos y la ventaja de los matrimonios con habitaciones separadas en este punto. «Jane no encajaba ni en la sociedad ni en su propia familia. Era ácida, aunque parece que su madre también lo era. Tenía una familia inteligente con acceso a los estudios, pero ella era un genio. Hizo algo excepcional. Sin embargo no pudo ser independiente y vivió de la caridad de sus hermanos igual que otra hermana y su madre».
Austen pudo ver varias de sus novelas publicadas, pese a que murió de forma inesperada con 41 años. «Dejó a los familiares desarbolados y con un misterio: qué hacemos con las obras sin publicar. La novela no era un género muy bien visto en ese momento», ha contado Espido Freire.
Intuye Espido Freire, como cualquier lector, que ninguno de los familiares de Jane Austen podía imaginar que 250 años después de su nacimiento se estarían rodando películas, haciendo viajes literarios a Bath y publicando nuevas ediciones «preciosísimas» de ‘Orgullo y prejuicio’, ‘Persuasión’, ‘Sentido y sensibilidad’, ‘Emma’… ni que habría un fenómeno fan denominado los ‘austenitas’. Mañana continúa el encuentro Literaktum con nuevas citas.



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