Historia

Homenaje en Irun a las víctimas vascas de los campos de concentración nazis

Más de un centenar de familiares participa en un acto en memoria de las 253 personas deportadas desde Euskadi y Navarra, muchas de las cuales murieron

homenaje scaled Homenaje en Irun a las víctimas vascas de los campos de concentración nazis
Homenaje a los deportados de Irun durante la Guerra Civil. Foto: Gobierno vasco

Entre 1940 y 1945 253 personas nacidas o vecinas de Euskadi y Navarra fueron deportadas a los campos de concentración del nazismo. Murieron 113, y muchas otras no tardaron en fallecer, derrotadas por las secuelas físicas y psicológicas. Este viernes Irun ha acogido un acto de memoria en su honor, organizado por el Instituto Gogora, con motivo del 80 aniversario de la liberación de los campos.

El protagonismo fue para las familias. En torno a 125 allegados, junto a asociaciones y colectivos memorialistas, asistieron al reconocimiento que, por primera vez en Euskadi, reunió a todas las víctimas de la deportación. Una deuda de memoria y dignidad que llevaba demasiado tiempo pendiente.

“Crecí sin saber casi nada de mi padre”, dijo Eugenio Azurza Gabilondo. Su padre, José María Azurza Osategi, natural de Donostia y afiliado a la UGT, murió en Mauthausen en 1941, tras ser internado en varios campos franceses. Hoy, Eugenio reconstruye esa ausencia con los documentos históricos que se han ido recuperando. Su hija, Asun Azurza, también intervino en el acto.

Otra historia de la que se ha hablado es la de Pedro Madariaga Recalde, natural de Portugalete y deportado a diversos campos, incluido Dachau. Sobrevivió, pero no pudo volver a España hasta que, como ciudadano británico, consiguió regresar puntualmente a Euskadi. Su hija, Lola Madariaga, compartió ese relato de resistencia y exilio prolongado.

El acto comenzó con un vídeo explicativo y cerró con una pieza de danza contemporánea, Basoa, interpretada por la compañía Dantzaz. Inspirada en el campo de Gurs, donde miles de refugiados vascos fueron confinados, la obra reflexionó sobre el exilio de entonces y el de hoy, marcado por nuevas guerras y pobrezas.

Según las investigaciones de Etxahun Galparsoro y Josu Chueca, dos de cada tres deportados vascos fallecidos murieron en Mauthausen. La cifra total (253 deportados) incluye tanto a nacidos en la Comunidad Autónoma como a navarros acogidos por el Gobierno Vasco en el exilio.

En la entrada del auditorio, una exposición de la asociación memorialista Kepa Ordoki puso foco en los casos del Bidasoa. Y ya se anuncia un curso de verano sobre esta temática en el Palacio Miramar de Donostia, los días 14 a 16 de julio.

Porque la memoria no puede esperar otros 80 años. Y como recordó una de las voces durante el acto: “olvidar es permitir que vuelva a pasar”.

Además del Lehendakari Imanol Pradales han asistido al acto, entre otras personalidades, Arritxu Marañón, recientemente nombrada viceconsejera de Derechos Humanos, Memoria y Convivencia; Alberto Alonso, director de Gogora, institución impulsora de este acto, y Jagoba Álvarez, director de Derechos Humanos y atención a víctimas.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Kutxa Fundazioa