A la vez que Arantxa Urretabizkaia abría este lunes Literaktum en Ernest Lluch K.E con su obra ‘Zahartzaroaren maparen bila’, Juan Manuel de Prada (Barakaldo, 1970) hacía lo propio en Okendo Kultur Etxea en una entretenida conversación con el periodista y escritor Álvaro Bermejo. Por cierto que las invitaciones para escuchar a de Prada se agotaron en cuestión de minutos, algo que no siempre ocurre en el festival donostiarra de las letras.
De Prada y Bermejo conversaron sobre la novela ‘Mil ojos esconde la noche. Cárcel de tinieblas’, que versa sobre la vida bohemia e intelectual de los españoles en el París ocupado por los nazis, capítulo del que según el autor se ha hablado poco y se ha mentido mucho, extremo que considera se puede trasladar a tantos otros periodos de la historia del país. «España es un polvorín. Toda la historia contemporánea española está tergiversada. No somos capaces de enfrentarnos a nuestro pasado. Estamos fanatizados ideológicamente», ha incidido De Prada.
De hecho ha añadido que, cuando a través de una investigación en archivos policiales y hemerotecas se introdujo en la vida de estos personajes (todos son reales salvo el narrador), constató que «mintieron». «Mintieron ellos, sus herederos y después sus estudiosos», ha considerado. Y se ha referido a algunos casos concretos como el de Gregorio Marañón.
«A casi todos les tocó hacer cosas de las que no se sentían muy orgullosos«, ha dicho el autor de ‘Mil ojos esconde la noche. Cárcel de tinieblas’, añadiendo que «ha sido una novela difícil de escribir porque la mayor parte de los personajes ocultó o edulcoró lo vivido».
Relatos así, según ha narrado de Prada, generan problemas con los herederos. Y en este punto ha asegurado que también ha manejado información que ha preferido no publicar.
La novela, «comprometida con el ser humano»
En otro momento de la charla el autor ha considerado que la visión sobre la cultura española es sesgada y no tanto por motivos ideológicos, sino porque didácticamente se ha enfocado exclusivamente a los grandes nombres. «Pero hubo otros que sin su reconocimiento merecen ser recuperados porque hicieron aportaciones muy valiosas. Como César González Ruano. Y muchísimos pintores y escultores».
Igualmente De Prada, preguntado por la capacidad de la ficción para arrojar luz sobre una época, ha respondido que la novela es una exposición de la vida, un intento de alumbrar el misterio humano. «No sé si Cervantes tenía un compromiso social cuando escribió el Quijote, pero nos enseñó mucho sobre el ser humano. La novela siempre está comprometida con el ser humano porque trata de entenderlo».
En este caso la novela ‘Mil ojos esconde la noche. Cárcel de tinieblas’, publicada en dos partes por su gran extensión, pretende ser también un homenaje a la tradición literaria, la de Cervantes y Quevedo, y la del esperpento de Valle Inclán, muy presente en la obra. Este martes continúa Literaktum con nuevas citas.



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