La artista donostiarra Maider López regresa a su ciudad con la mayor exposición individual de su carrera: Ukitu (Tocar), una muestra que se despliega de forma simultánea en Kutxa Fundazioa Kubo y Tabakalera, dos espacios que celebran este año su 25º y 10º aniversario, respectivamente. La propuesta, comisariada por Aimar Arriola, reúne 25 proyectos que recorren más de dos décadas de trabajo e invitan a repensar nuestra manera de mirar, tocar y habitar el mundo.

López interviene en entornos urbanos y naturales -plazas, montañas, playas o ríos- para alterar la mirada habitual a esos enclaves y provocar un diálogo entre las personas y los lugares. En muchas de sus obras el público se convierte en parte fundamental del proceso creativo, ya sea participando en una acción multitudinaria o simplemente dejándose afectar por lo que sucede en el espacio.

Entre las piezas más características de esta donostiarra figura Playa (2005), en la que cientos de personas extendieron toallas rojas en la arena de Zumaia un domingo de verano. Lo cotidiano se transformó en una coreografía colectiva, una imagen hipnótica que convertía una escena familiar en una obra de arte. Durante la visita la propia artista ha recordado que una mujer fue a bajar a la playa y, al ver las toallas rojas, preguntó si podía pasar porque ella no tenía.

Ese mismo espíritu recorre proyectos como Moving Garden (2022), donde 750 personas caminaron por la ciudad portando plantas, redibujando los límites entre lo público y lo doméstico; o Ataskoa (2005), otro clásico de López que muestra un monumental “atasco” artístico en el monte que convertía la espera en una acción compartida.

Ha narrado que a esa convocatoria acudieron tanto los ecologistas, contrarios a los efectos contaminantes de los vehículos, como los miembros del club de amigos del Seiscientos, encantados de participar para la foto.

Dividida

La exposición se articula como un ecosistema dividido en dos sedes que dialogan entre sí. En Tabakalera el visitante se encontrará con obras como Suelo (2001/2025), una instalación que literalmente se mueve bajo los pies del público, o Agua limpia al río (2024–2025), donde la artista recoge agua de lluvia en Costa Rica para hablarnos de los ciclos naturales y la relación con el entorno.

En Kutxa Fundazioa Kubo, en cambio, predominan el color y la escala: proyectos como 366 sillas, Football Field o Caja de 120 lápices de colores (2017–2025) reflejan su investigación sobre el tiempo, el espacio compartido y la percepción.

Ukitu celebra la capacidad del arte para transformar y conectar. El propio título -“tocar”- alude a esa doble dimensión física y emocional del trabajo de López: tocar el entorno, pero también dejarse tocar por él. Es una invitación a mirar más despacio, a sentir con el cuerpo y a recuperar el contacto con lo común.

La exposición se completa con un programa público de visitas guiadas, talleres familiares y una publicación editada por Dalpine, con textos de Aimar Arriola y una conversación entre Maider López y el prestigioso comisario Hans Ulrich Obrist.

A lo largo de su carrera, Maider López (San Sebastián, 1975) ha participado en bienales internacionales -Venecia, Estambul, Sharjah- y en museos como el Guggenheim Bilbao, Artium o el Towada Art Center, pero pocas veces su obra ha tenido una presencia tan amplia en casa. Ukitu es, en definitiva, una celebración de su trayectoria y de su manera de mirar el mundo: cercana, colectiva, transformadora y profundamente donostiarra.

Ukitu. Maider López
Del 24 de octubre de 2025 al 1 de febrero de 2026
Kutxa Fundazioa Kubo y Tabakalera, San Sebastián
Comisario: Aimar Arriola