El pasado 17 de octubre ardió el Txirrita, uno de los bares con más solera de Amara Berri, dejando un poco huérfanos a los txikiteros del barrio, a las cuadrillas y a las familias que encontraban en su terraza una parada ideal para el aperitivo del fin de semana. La persiana, por ahora, está echada, pero muchos han aprovechado para convertirla en un tablón de mensajes de ánimo: «Falta poco para volver a brillar», «es solo una pausa, no un final», «os esperamos de vuelta», «ánimo, Tomás», «volveréis más fuertes»… mensajes que traslucen que el Txirrita es casi una institución en el barrio.



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