La asociación Ucrania-Euskadi ha mostrado su malestar por la inclusión en la programación del Festival de San Sebastián de una película rusa cuyos productores, aseguran, no han condenado la invasión a Ucrania.
Se trata de Chuzhie zemli, de Anton Yarush y Sergey Borovkov, seleccionada en la sección Nuevos Directores y que se proyectará los días 25, 26 y 27 de septiembre.
En un comunicado, Ucrania-Euskadi ha expresado su “profunda preocupación e indignación” por esta decisión y ha recordado que en 2022 el propio Festival afirmó que “las voces rusas que se oponen a la agresión siempre tendrán un lugar en San Sebastián”. A juicio de la asociación, esa promesa se incumple ahora, ya que “el silencio de los productores ante la invasión, las masacres y el genocidio cometidos por Rusia equivale a complicidad”.
El director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, se pronunció sobre esta cuestión el pasado sábado en declaraciones a EFE, donde rechazó los vetos culturales: “Una película habla por sí misma, lo que no vamos a proyectar es una obra que apoye el genocidio o la ocupación de Ucrania. ¿Pero dónde pones el límite a nivel cultural?”, señaló.
La asociación insiste en que no reclama un boicot cultural, pero sí “coherencia” con las palabras del Festival. Advierte además de que el Kremlin aprovecha la presencia de cineastas rusos en certámenes internacionales “como un éxito diplomático y cultural”, lo que contribuye a “blanquear la guerra y normalizar sus crímenes”.



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