Donostia cuenta desde el pasado 1 de julio con un nuevo recurso importante para las personas más vulnerables: el Ayuntamiento ha puesto en marcha Villa Salia, un centro de atención diurna que ofrece un modelo integral de acompañamiento para personas en situación de exclusión social. El servicio, gestionado desde el Servicio Municipal de Urgencias Sociales (SMUS), combina atención personalizada, prestaciones básicas y una mirada inclusiva que traspasa las paredes del edificio.
El nuevo centro, ubicado en Paseo Jai Alai, ha sido rehabilitado con una inversión de 2,64 millones de euros parcialmente financiados por fondos europeos Next Generation.
Un modelo más humano
Villa Salia busca representar un nuevo enfoque de atención, centrado en la reintegración social desde una perspectiva global. Para acceder al recurso, las personas deberán ser derivadas desde el SMUS, lo que permitirá ajustar mejor la intervención a cada perfil.
En el interior del centro se prestan servicios como información, acompañamiento social, intervención psicosocial y socioeducativa, además de prestaciones como manutención, lavandería, consigna, aseo personal y acceso a internet. El espacio estará abierto los 365 días del año en tres franjas horarias, con capacidad para 24 personas por franja, más seis adicionales en caso de necesidades específicas.
Una de las novedades más significativas es la incorporación de un comedor social en la segunda franja horaria (de 12:00 a 14:30), que atenderá a 24 personas diarias y se suma a los 40 kits semanales de alimentación e higiene que ya se entregaban. El comedor no solo cubre una necesidad básica, sino que se plantea como espacio de vínculo, escucha y trabajo social.
Higiene, cuidado y dignidad
Villa Salia refuerza además los servicios de higiene personal. Las personas usuarias tendrán acceso a duchas equipadas con toalla, jabón e incluso ropa interior si se requiere, así como a una lavandería y consigna con taquillas. Este servicio se complementa con las duchas en baños públicos o en las playas, como ya se hacía con hasta 40 personas por semana.
También habrá espacio para el ocio, la prensa, el uso de internet y hasta zonas adaptadas para animales de compañía, lo que refleja una visión completa de las necesidades cotidianas de las personas en exclusión.
Educación de calle y comunidad
El Ayuntamiento ha informado de que en paralelo se reforzará el trabajo en educación de calle, con un equipo que se desplazará a zonas donde viven o pernoctan personas en situación de exclusión, para facilitar el acceso a derechos y recursos básicos. Este servicio se prestará todos los días del año, incluidos festivos cuando se active el protocolo de invierno.
Además se desarrollarán actividades formativas, deportivas y culturales en espacios comunitarios, con el objetivo de fomentar la participación social en entornos inclusivos.
Edificio con historia
La antigua Villa Salia, construida en 1944 y anteriormente destinada a usos docentes, ha sido transformada para adaptarse a su nueva función social. La rehabilitación ha incluido mejoras en eficiencia energética, accesibilidad y sostenibilidad, con un coste total de 2.642.373 euros, de los cuales más de 1,3 millones provienen de fondos europeos. Además, se han invertido 90.000 euros en equipamiento específico para los servicios sociales.
Con una plantilla ampliada -que incluye personal técnico, educadores de calle y agentes comunitarios-, el nuevo centro quiere convertirse en un punto de apoyo real y eficaz para quienes más lo necesitan, reforzando el compromiso de la ciudad con la inclusión y la dignidad.



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