La segunda jornada del I Congreso de Participación Ciudadana se celebró ayer en Tabakalera con el objetivo es compartir y difundir experiencias de éxito que desarrollan en este ámbito tanto instituciones locales como internacionales de referencia y con tres experiencias modélicas en ámbitos internacionales: Dinamarca (MindLab), Nuevo León (Consejo Cívico de Instituciones) y Suiza (Universidad de Berna).
La jornada dio comienzo con la conferencia “Participación: propuestas, ideas, escenarios” a cargo de Thomas Prehn, CEO de Mindlab, el laboratorio líder en el sector público del mundo, integrado en el Gobierno danés, y pionero en la transformación organizacional, los cambios de comportamiento y el liderazgo compartido en el sector público. Prehn explicó que su trabajo es inspirar a los responsables políticos y funcionarios para convencerles de que “deben tener la capacidad de trabajar de manera innovadora y entender lo que esto implica, si quieren servir mejor a la sociedad. No queremos ser un think tank sino un do thank, hacer, mostrar lo que se puede hacer en el sector público. Somos ese anticuerpo cultural del sistema, fomentamos otra cultura de hacer las cosas en las organizaciones”.
Mindlab anima a los trabajadores públicos a introducir “pequeños cambios en su trabajo diario. A cuestionarse su trabajo, su vocabulario, sus rutinas para ir cambiando el sector público poco a poco. Tenemos que ser capaces de trabajar en una sociedad donde hay un cambio disruptivo y muy rápido, además a nivel global. Es importante que el funcionario trabaje de forma ágil. Eso implica una cesión de poder por parte de los niveles altos de la administración a los inferiores, por que éstos necesitan una red de seguridad, y pueden tropezar una y otra vez hasta alcanzar el éxito”.
Igualmente destacables son las otras dos experiencias internacionales tratadas ayer: “Hacer de lo público un reto compartido”, de la mano de Sandrine Molinard, directora General Consejo Cívico de Instituciones de Nuevo León (México) y la “Participación política en las votaciones populares suizas”, de la mano de Anja Heidelberger, investigadora de la Universidad de Berna.
Molinard dio a conocer el trabajo que desarrollan en el área metropolitana de Monterrey, con 5 millones de habitantes. Una zona que ha estado tradicionalmente a la vanguardia del emprendizaje en el país, generando grandes impulsos de cambios sociales que han tenido su impacto en todo México, pero que en los últimos años se ha visto afectada por la delincuencia organizada y la corrupción. A través del Consejo se activó la participación ciudadana y la rendición de cuentas. “30 organizaciones civiles se aliaron para hacer frente a la apatía ciudadana y la desconfianza hacia los partidos. Se definieron diez demandas ciudadanas de seguridad, transparencia y recuperación de los espacios públicos. Demandas medibles y realizables en 3 años”.
En su alocución Heidelberger desgranó el modelo suizo de democracia directa. En el 80% de los ayuntamientos, los pequeños, realizan asambleas ciudadanas al menos una vez al año, donde los ciudadanos pueden participar en todos los proyectos y se vota a mano alzada: “Esto tiene un impacto en el nivel positivo de la confianza y satisfacción de la ciudadanía, aunque en estas votaciones locales persiste todavía la brecha de género en la participación”. Asimismo, se realizan votaciones populares cuatro veces al año en los diferentes niveles administrativos del país, y si se reúnen 50.000 firmas, la ciudadanía puede votar sobre cualquier cambio de ley.
«Es importante que se debata y se dialogue más allá del voto. No siempre ganan o pierden los mismos porque en Suiza hay mucha diversidad, pero si tenemos que trabajar para garantizar los derechos de las minorías”. En Suiza casi todos los gobiernos son de coalición y se trabajan los consensos, lo que ha restado importancia a las elecciones, con una participación del 48% en 2015. En las votaciones populares ronda el 44%.
Por su parte el director de Participación Ciudadana Joseba Muxika ha analizado “La Participación ciudadana como práctica colaborativa”. “Muxika se ha referido a Etorkizuna Eraikiz como un modelo de gobernanza abierta y colaborativa que parte de la base de que “hoy en día los políticos y los gobiernos necesitan las capacidades y recursos que poseen actores no políticos y extra-gubernamentales. La política tiene que dejar de mirar a la sociedad como una fuente de problemas. Pero también es necesario que la sociedad deje de considerar a los políticos como un mundo aparte, desconectado de la realidad, porque para afrontar los desafíos actuales y para resolver los problemas sociales políticos y sociedad tienen que sumar capacidades”.
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