Gordailua cumple diez años como referencia indiscutible en la conservación del patrimonio arqueológico y paleontológico de Gipuzkoa. Desde su designación oficial como Centro de Depósito en diciembre de 2014, este espacio ubicado en Irun y gestionado por la Diputación Foral se ha convertido en un pilar fundamental para proteger, estudiar y difundir el legado material del territorio. En estos diez años, ha gestionado cerca de 700.000 restos y ha recibido unos 150.000 nuevos hallazgos, consolidando su papel estratégico.
La diputada de Cultura, Goizane Álvarez, lo resume con claridad: “Gordailua no es solo un almacén: es una herramienta viva para generar conocimiento y acercar a las nuevas generaciones al pasado”.
Cifras que hablan
En 2015, se completó el complejo traslado de los fondos desde las antiguas sedes del Gobierno Vasco en Donostia (Intxaurrondo) y Derio. En total, se reorganizaron y almacenaron entre 500.000 y 700.000 restos arqueológicos y paleontológicos, distribuidos en unas 7.000 cajas.
A lo largo de esta década, el centro ha recibido alrededor de 150.000 nuevos restos procedentes de intervenciones en todo Gipuzkoa. Además, ha contabilizado más de 1.500 días de consulta por parte de investigadores y profesionales, y ha gestionado unos 50 préstamos para exposiciones, tanto dentro como fuera de Euskadi.
Entre las piezas más emblemáticas que custodia destacan los restos antropológicos más antiguos del territorio, la célebre plaqueta de Ekain, el casco del castillo de Ausa Gaztelu y los bronces romanos de Higer.
Innovación y digitalización
Uno de los hitos recientes más relevantes ha sido la creación de GORDAILUARK, una base de datos digital desarrollada por IZFE que entró en funcionamiento en 2024. Esta herramienta ha revolucionado la gestión interna del centro, permitiendo localizar e identificar los materiales de forma más ágil y precisa, y dejando atrás el sistema anterior basado en hojas de cálculo.
Colaboración y futuro
Gordailua ha trabajado durante estos diez años en estrecha colaboración con instituciones como San Telmo Museoa, Ekainberri, Aranzadi, el Museo de Altamira o el Museo Oiasso. Ha participado en exposiciones de alto nivel, incluyendo la internacional Arts Préhistoriques celebrada en el Musée d’Aquitaine de Burdeos.
De cara al futuro, el centro afronta nuevos retos: la normalización de los inventarios pieza a pieza, el diseño de una herramienta de gestión integral y la colaboración entre centros de todo Euskal Herria.
La arqueóloga Sonia San José, responsable del centro, subraya la importancia de mantener la gestión pública del patrimonio: “Esto garantiza que el conocimiento generado se devuelva a la sociedad”.
Gordailua no solo guarda restos. Guarda historias. Y tras una década de trabajo silencioso y constante, lo sigue haciendo con vocación pública y mirada de futuro.
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