Dejando de lado el aspecto más trágico de la pandemia, si algo va a dejar el Estado de Alarma para la posteridad es estampas muy curiosas. Al vacío de las calles que se ha repetido en ciudades de todo el mundo se le suma ahora la imagen de las esperas. Como este hombre que esperaba hoy en Sancho el Sabio para cortarse el pelo poco antes del mediodía. En el interior un peluquero atendía a un único cliente y este otro esperaba su turno en el exterior. Hoy, primer día, nos ha resultado extraño. Pero será costumbre.
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