No hay tienda de alimentación que se haya librado de la avalancha de compradores temerosos de quedarse sin nada para sobrevivir durante este extraño puente de Semana Santa que está por comenzar con controles en las carreteras para que nadie se mueva de casa. Los donostiarras pasarán el puente en Donostia, es seguro, y las colas en las tiendas y supermercados (y las cajas y cajas vacías que quedaban al paso de los compradores) ponen de manifiesto que quienes están sanos pretenden celebrarlo igualmente. Aunque sea haciendo bizcochos. Será un puente para recordar.
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