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Memoria

Aitor Zabaleta, 25 años del asesinato del hincha convertido en símbolo txuriurdin

Su muerte conmocionó el mundo del fútbol y a la sociedad guipuzcoana en especial, que le ha recordado desde entonces con actos de homenaje y manifestaciones en su memoria

Imagen de archivo. En recuerdo del asesinato de Aitor Zabaleta en 2022. Foto: Santiago Farizano

(EFE). El 8 de diciembre de 1998 Aitor Zabaleta murió apuñalado en las inmediaciones del estadio Vicente Calderón por un seguidor del grupo Bastión vinculado al Frente Atlético. 25 años después la figura del aficionado de la Real Sociedad sigue siendo recordada y se ha convertido en un símbolo de la afición txuriurdin.

Aitor Zabaleta tenía 28 años cuando se unió, junto a su novia y un grupo de amigos, a la peña Izar de Andoain, que había organizado un viaje en autobús para acudir al partido de octavos de final de la UEFA frente al Atlético de Madrid.

El grupo llegó con tiempo a la zona del estadio después de haber comido en Alcobendas. De allí se trasladaron a los aledaños del estadio Vicente Calderón custodiados por la policía porque el ambiente entre ambas aficiones ya estaba caldeado desde el encuentro anterior y el partido estaba calificado de «alto riesgo».

El bar equivocado

Según relataron durante el juicio algunos de los acompañantes de Zabaleta, una vez en las inmediaciones del estadio preguntaron dónde podían tomar algo antes del encuentro a un policía municipal, quien les recomendó que fueran a uno de los bares que estaban en el Paseo de los Melancólicos.

La indicación les condujo al Bar Alegre, paradójico nombre para un local que servía de punto de reunión a los seguidores de Bastión 1903, una sección que surgió del grupo ultra Frente Atlético porque consideraba a éste «muy blando».

Cuando los seguidores de la Real se dieron cuenta de dónde se habían metido, salieron al exterior del bar pero, según declararon los amigos de Aitor Zabaleta en el juicio, fueron perseguidos y unos cuantos acorralaron al hincha donostiarra.

Uno de ellos, Ricardo Guerra, de 25 años, le asestó una puñalada en el pecho a la altura del corazón con una navaja de nueve centímetros que le causó la muerte.

Guerra, que disfrutaba de un permiso penitenciario por una agresión previa cuando sucedieron los hechos, fue condenado en abril de 2000 a 17 años de prisión por la Audiencia Provincial de Madrid por el asesinato del aficionado realista.

Volvió a ser noticia en diciembre de 2018 cuando aprovechó el tercer grado del que disfrutaba para viajar a Brujas donde fue detenido junto a una treintena de miembros de Suburbios Firm, una escisión de Frente Atlético, por realizar de forma repetida el saludo nazi en las inmediaciones del estadio de la ciudad belga.

La familia de Aitor siempre consideró que la sentencia de 2000 fue incompleta, ya que argumentó que otros tres amigos de Guerra implicados en la muerte fueron exculpados.

Tras el asesinato, en el estadio Santiago Calderón se siguieron coreando durante años gritos e insultos como ‘Zabaleta, jódete’, ‘Zabaleta de la ETA’ y ‘Ricardo Guerra, libertad’, cada vez que la Real jugaba en el campo del Manzanares.

Homenajes en su memoria

La muerte de Zabaleta conmocionó el mundo del fútbol y a la sociedad guipuzcoana en especial, que le ha recordado desde entonces con actos de homenaje y manifestaciones en su memoria.

En julio de 2001 se instaló frente al estadio de Anoeta una escultura que lo recuerda, donada por el artista de Tenerife Cristo Quintero y la Mesa Gestora, organizadora del Memorial Aitor Zabaleta de fútbol base que se celebra en esta isla canaria.

La pieza, confeccionada en bronce, es gemela de otra que había sido colocada junto al campo Heliodoro Rodríguez López, en Santa Cruz de Tenerife.

Tras al remodelación de Anoeta en 2018, el estadio cuenta con una grada de animación que lleva el nombre de Aitor Zabaleta en homenaje a su figura, que se ha convertido en un verdadero icono de la afición que acostumbra a corear su nombre en casi todos los partidos del conjunto donostiarra.

La grada Aitor Zabaleta es «el corazón» del nuevo Anoeta, según señaló la Real Sociedad cuando anunció su creación.

Este año los allegados de Aitor Zabaleta volverán a acudir a su tumba en Zegama, la pequeña localidad del Goierri de donde es originaria la familia, para recordar a este aficionado que ha quedado en la memoria como símbolo en contra de la violencia en los campos de fútbol.

El mismo viernes, 8 de diciembre, la peña Bultzada Txuriurdina ha convocado una manifestación en el Boulevard donostiarra en homenaje a Zabaleta y «en contra del fascismo».


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