Ha sido un atractivo más este verano y ya ha cumplido su ciclo. Se encuentra en pleno desmontaje la noria de Alderdi Eder, paisaje que con la marcha de la infraestructura recuperará su estampa natural.
Más allá de las críticas que despertó la noria y su tamaño, que las hubo, las colas han sido diarias desde que comenzó a dar vueltas el 1 de agosto.
Esta infraestructura, en fin, ya sea en Navidad o en verano, comienza a ser parte del ocio donostiarra. Y cada vez resulta más voluminosa. A ver la siguiente…