«Entrego algo ligado a mí sin remedio. Ojalá este vestido de cola de tafetán negro y azabache que me ofreció su impulso durante el rodaje de ‘Las cosas del querer’ (1989) guarde entre sus volantes las mirada de amor que desde la cuna me hicieron soñar con él». Así se ha expresado la actriz Ángela Molina al entregar su legado para la Caja de las Letras del Instituto Cervantes en un acto emotivo en Tabakalera al que le ha seguido la proyección de la última película del ciclo de Luis Buñuel, ‘Ese oscuro objeto del deseo’, protagonizada por una jovencísima Ángela Molina en 1978.
La actriz ha entregado su legado al poeta Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, que lleva ya dos días en Donostia con motivo del encuentro anual de directivos de la citada entidad. Más de 70 personas de diversos lugares del mundo se han reunido en San Sebastián estos días.
A todos ellos, también, se ha referido Ángela Molina durante la entrega «por dar de conocer a otras gentes nuestra manera de sentir y de ser y nuestro idioma«, ha dicho la actriz, antes de concluir: «las palabras han sido en mi vida un hogar».
En la presentación de este nuevo legado para la Caja de las Letras, Luis García Montero se ha referido al Goya de Honor recibido recientemente por Ángela Molina y a los piropos que mereció por parte de sus compañeros, entre los cuales ha destacado «la autenticidad» de la actriz. Y ha recordado sus trabajos con Buñuel, «que la hizo internacional», con Bigas Lunas, Almodóvar, Chávarri, Gutiérrez Aragón…
Ha narrado García Montero que lo que hoy es la Caja de las Letras del Instituto Cervantes era la caja de un banco y que son varias las películas que han utilizado este espacio para rodar atracos.
También ha recordado García Montero que el escritor Francisco Ayala fue quien inauguró en 2007 la Caja de las Letras depositando una carta manuscrita que permanecerá guardada hasta 2057. Y ha expresado con convicción: «La verdadera riqueza de un país es su cultura y nosotros reconocemos el legado de quienes son una referencia como es el caso de Ángela Molina».
