San Sebastián, 14 jul (EFE).- El historiador Benito Bermejo ha incidido en el «total desentendimiento» de las autoridades franquistas hacia los deportados civiles y prisioneros de guerra españoles en campos de concentración nazis, fundamentalmente Mauthausen, donde estuvieron recluidos 7.300 españoles, tres cuartas partes de los cuales murieron entre 1940 y 1941.
Bermejo, conocido por ser el investigador que desenmascaró a Enric Marco, que durante años se hizo pasar por superviviente del campo de Flossenburg, ha participado este lunes en el curso de verano de la Universidad del País Vasco ‘La deportación europea a los campos nazis 1940-1945’.
Organizado en colaboración con el Instituto Gogora, el seminario, que contará durante tres días con ponencias de expertos en la materia, ha sido inaugurado por la consejera de Justicia, María Jesús San José, que ha recordado que más de dos centenares de vascos padecieron el horror de la deportación entre 1940 y 1945 y ha defendido el conocimiento «como herramienta crítica y reflexiva sobre el pasado».
Benito Bermejo ha intervenido con una charla titulada ‘Los ‘españoles rojos’ en Mauthausen. Tiempos y métodos de un asesinato masivo. Los supervivientes y su testimonio como paradoja’, en la que ha señalado que muchos de los familiares de las personas que murieron en ese campo supieron del destino de sus allegados ya en la década del 2000.
Fue el caso de Joaquin Salvo Bellmunt, originario de Castellón, una persona que al final de la Guerra Civil Española «había desaparecido» según sabían sus allegados.
Fue el propio Bermejo quien descubrió que había sido uno de los 450 españoles que habían sido seleccionados a su llegada al campo para ser asesinados en cámaras de gas en unas dependencias situadas a unos 40 kilómetros.
También siguió el mismo destino Felix Quesada, que tenía 14 años cuando llegó al campo, y constaba como ‘español rojo’ en las fichas de las autoridades nazis al igual que su padre, que murió en Gusen como consecuencia de la malnutrición, el trabajo extenuante y las enfermedades.
La teoría de Bermejo es que los nazis se molestaron en hacer una selección, en la que metieron a los ‘españoles rojos’ y posteriormente a prisioneros de guerra soviéticos, para ser gaseados como forma de «experimentar» los procedimientos técnicos de las cámaras que poco después se emplearían con mayor rendimiento.
Conocimiento de las autoridades franquistas
Bermejo ha remarcado que desde agosto de 1940 llegaron prisioneros de guerra españoles a Mauthausen y ha remarcado que desde esos días las autoridades franquistas conocían este dato.
«Incluso la embajada alemana en Madrid preguntó en tres ocasiones al Ministerio de Exteriores español si tenían algún interés por un transporte de más de 1000 ‘rojos españoles’ que habían sido sacados de un campo de refugiados de Angulema (Francia)», ha precisado.
En ese transporte había mujeres y niños que fueron devueltos en el mismo tren a Hendaya para ser entregados a las autoridades franquistas, ha detallado.
En ninguno de los tres requerimientos de la embajada alemana hubo respuesta por la parte española, ha indicado el historiador.
Tan solo aparece una nota «manuscrita a lápiz» en un documento con una frase que Bermejo tiene gravada en su memoria, ha reconocido.
«Puesto que no parece conveniente hacer nada en favor de los internados y además desconocemos quién comenzó esas cuestiones, archívese«, escribió el director general para Europa del Ministerio de Asuntos Exteriores español en 1941, cuando gran parte de esas 900 personas había muerto.
En todo caso, Bermejo ha señalado que una decisión de este calibre no pudo ser adoptada por un director general sin el conocimiento del ministro de Exteriores, Ramón Serrano Súñer.
«Además, sí se produjeron una docena de casos en los que las autoridades españolas intervinieron a favor de un deportado en Mauthausen, lo que evidencia que conocían la existencia de estos deportados y que tenían capacidad de intervenir».
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