Cáritas Gipuzkoa atendió a 1.216 personas sin hogar durante los nueve primeros meses de este año, según los datos presentados por la organización. La entidad advierte de que la situación del sin-hogarismo en el territorio “sigue siendo grave y estructural”, y reclama políticas públicas más ambiciosas que garanticen el derecho a la vivienda y la inclusión social.
El perfil mayoritario de las personas acompañadas es el de un hombre joven, de entre 18 y 44 años (83%), y de origen extranjero (93%). Tan solo un 7% posee nacionalidad española, y las mujeres representan el 9% del total. Ocho de cada diez carecían de cualquier tipo de alojamiento estable cuando se acercaron a los recursos de Cáritas, y siete de cada diez no estaban empadronadas, lo que dificulta su acceso a derechos básicos y prestaciones sociales.
La organización subraya que estos datos no reflejan toda la magnitud del problema, ya que muchas personas viven en situaciones cambiantes —durmiendo temporalmente en albergues, coches o viviendas de conocidos— y no siempre son contabilizadas.
Desde Cáritas Gipuzkoa se recuerda que “la falta de vivienda es una de las formas más extremas de exclusión social” y que el fenómeno del sin-hogarismo “no se resuelve únicamente con recursos de emergencia”, sino con estrategias de prevención, acceso a vivienda estable y acompañamiento social sostenido.
La entidad ha insistido en la necesidad de simplificar los trámites de empadronamiento y mejorar la coordinación institucional entre administraciones y organizaciones sociales para evitar la cronificación de las situaciones de calle.
Atención al problema
En los últimos años Cáritas Gipuzkoa ha reforzado sus programas de atención en la red diocesana de acogida, alojamiento y acompañamiento, que abarca desde la cobertura de necesidades básicas hasta itinerarios de inserción laboral. “Detrás de cada número hay una historia de ruptura, de soledad y de esperanza que nos interpela como sociedad”, recuerdan desde la entidad.
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