La empresa SADE (Sociedad Anónima Deportes y Espectáculos) cumplirá en diciembre cien años. Cien años de historia donostiarra que han dado para muchas películas. DonostiTik.com habla con Esteban Basterretxea, director general de la empresa desde 2020, que incide en que celebran este aniversario pensando en cumplir cien años más. Con menos gente en los cines, sí, pero con «la adaptación» como gran baza. El edificio Bellas Artes, que pronto mostrará su cara y en 2026 abrirá convertido en hotel, es el paradigma de esta adaptación.
La SADE cumple un siglo de vida. Un siglo con cambios tecnológicos, sociales, políticos… ¿Cómo ha resistido?
Yo diría que la principal virtud ha estado en la adaptación. La empresa nació en 1925 porque varios emprendedores que tenían cines y frontones pusieron en común una serie de inmuebles que hoy en día siguen perteneciendo a la empresa, entre ellos el Trueba, el Príncipe o el Bellas Artes. Con el tiempo los frontones perdieron protagonismo y se pusieron en marcha teatros, circos… Ahora tenemos cines y hoteles. Es una evolución que demuestra la capacidad de adaptación de la empresa, que esperemos que siga los próximos 100 años también.
¿Cómo le gustaría que vivieran los donostiarras el centenario?
Me gustaría que estuvieran orgullosos de tener una empresa como la SADE en la ciudad, con vocación de quedarse aquí, y que ofrece alternativas de ocio y lugares donde disfrutar.
Sin embargo, Esteban, tanto los frontones como los cines van dirigidos hacia un público local, de casa, mientras que los hoteles están enfocados hacia los visitantes. ¿No han perdido arraigo en esa evolución?
Bueno, yo he mirado qué significa arraigo, y según la RAE es el compromiso de permanecer en un lugar vinculándose a personas y cosas. La empresa ha tenido actividades en Zaragoza, en Logroño, en Madrid, pero el corazón está en Donostia. Y hay una vinculación con las personas: ahora mismo la SADE tiene doscientos y pico socios que son descendientes de los primeros y la gran mayoría está aquí, además de que tiene doscientos y pico empleados. Por otro lado la empresa cuenta con edificios históricos que podía haber vendido. De hecho en la pandemia había mucha gente buscando chollos en el mercado y hubo oportunidades. Pero la SADE apostó por mantenerse y por permanecer.
¿Los cines están orientados a los locales? Bueno, es más raro que un australiano venga a la ciudad a ver cine, aunque también ocurre. ¿Y los hoteles a los que vienen de fuera? Pues también es verdad, aunque en su vertiente de hostelería acuden más los locales.
Llama la atención que se anuncie dentro de la celebración del centenario la próxima retirada de la lona del Bellas Artes con todo lo que se está especulando sobre la restauración… ¿es una especie de guiño?
Es algo mucho más sencillo. Cuando haces una obra, por seguridad tienes que poner una lona. Y tuvimos la idea de poner en el frente de esa lona una foto de cómo va a quedar el edificio. Retirar la lona es una evolución natural de la obra, no hay nada más detrás, ni provocación ni guiño.
¿Qué nos vamos a encontrar los donostiarras?
El Bellas Artes fue la puerta de entrada a la ciudad y nuestra idea es que vuelva a serlo. El esfuerzo ha sido por recuperar el edificio tal y como se construyó. El trabajo de restauración de la fachada es muy laborioso y estamos orgullosos. Queremos que cuando la gente vea el edificio de frente, piense: está igual.
Nosotros tenemos un compromiso de cumplir una norma. El frente del edificio será igual que hace 50 años o 60 años o 80 años. Y vamos a hacer una cúpula exactamente igual. Las fachadas laterales tienen alguna modificación que está recogida en la norma, pero van a ser prácticamente iguales. Al destapar la lona la gente se reencontrará con un edificio que, para empezar, algunas generaciones ni han visto porque estaba tapado.
Hay quien opina que si el cinematógrafo más antiguo de España hubiera estado en Bilbao, en vez de en Donostia, se hubiera recuperado su actividad original.
Yo no voy a decir ni que sí, ni que no. Lo que hubiera decidido su dueño. Es tan sencillo como esto. En esta empresa se han cerrado cines durante estos años porque la demanda ha variado. En un momento teníamos más de 6.000 butacas a la venta y ahora son 2.000 y pico. La gente va al cine lo que va al cine. Por otro lado esta casa también ha abierto cines no hace tantos años, es el caso de Antiguo Berri.
De cara al sector social crítico con este cambio, ¿puede haber pesado la turistificación y el hecho de que hablemos de la marca Hilton?
Quiero aclarar, respecto a Hilton, que hemos llegado a un acuerdo, pero el hotel es nuestro y lo gestionamos nosotros. Porque igual hay cierta confusión. Es un acuerdo de franquicia. Simplemente es una forma de comercializar el hotel y de ponerle un nombre, un paraguas que nos permita llevar a determinado público de una forma más sencilla. Y dentro de Hilton, Curio es el sello que se utiliza para edificios singulares. Un depósito de agua, una fábrica…
En todo caso yo creo que el conflicto, entre comillas, del Bellas Artes, es anterior a saber que iba a ser un hotel o que iba a ser un Hilton.
Los aficionados al cine, ¿tenemos motivos para estar preocupados? Trueba, Antiguo Berri, Príncipe… ¿están esos cines salvados?
Yo le daría la vuelta a la pregunta. Está en la manos de los que vamos o no vamos al cine que los cines puedan seguir o no seguir abiertos. Si comparamos con el año anterior a la pandemia, 2019, la recuperación del público no llega al 70%. Hemos perdido un 30% de público en estos cinco años. Tenemos que intentar acercar al público joven al cine.
Yo no puedo decir si esos cines seguirán abiertos, ni todo lo contrario. Nosotros mantendremos todas nuestras actividades en la medida en que sean económicamente rentables.
Cómo imagina la SADE dentro de 10 o 20 años?
Bueno, imagino que seguiremos pensando en cómo ofrecer alternativas y cómo seguir creciendo. La apertura del Bellas Artes va a suponer contratar a un montón de gente de forma directa o indirecta, nuestra vocación es seguir creciendo y evidentemente arraigados a San Sebastián. Eso no cambia.
El centenario tendrá eco en el Festival de San Sebastián. ¿Qué más veremos?
La SADE y el Zinemaldi van de la mano. Ya nos dieron un reconocimiento hace unos años y nuestra idea es que haya un guiño a los cien años durante el evento. Además hemos recogido testimonios de gente de la ciudad sobre lo que supone la SADE para ellos, y todo saldrá en nuestras redes en formato de pequeños vídeos. Vamos a lanzar un ciclo especial de cine con películas que de alguna forma son representativas de estos 100 años y cuya temática entendemos que está vigente, y a final de año también haremos un ciclo solidario. Internamente celebraremos en junio una fiesta. Será una celebración modesta, como ha sido esta casa durante sus 100 años.
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