Tiempo de sobra hay durante el Estado de Alarma para terminar esas cuestiones que quedaban pendientes. Desde ordenar los armarios hasta acabar un libro o proyectar cambios postergados en la casa. Si algo da un poco de vértigo de esto último es tener que elegir entre modelos y marcas de electrodomésticos por la inversión que supone. Y aquí vamos a referirnos a la reina de los electrodomésticos, a la lavadora, de la que siempre se ha dicho que es el invento que más revolucionó la vida en el hogar por todo el trabajo que ahorró. Y por su contribución a la higiene de toda la familia, por supuesto.
Algunas curiosidades que merece la pena apuntar: la primera patente de una lavadora se registró en Inglaterra en 1690 en la categoría de Washing and Wringing Machines (máquinas de lavar y escurrir) y en 1904 ya se anunciaban lavadoras eléctricas en los Estados Unidos. Después de la Segunda Guerra Mundial y ya a principios de la década de 1960 se convirtió en un aparato común en las casas.
Para elegir entre las mejores lavadoras hay que tener en cuenta diversos aspectos. Por ejemplo hay que decidir si conviene una carga frontal o superior, la capacidad de lavado, la tina (plástico o metal), el control y las funciones ‘extra’.
Las de cara frontal son muy prácticas sin andamos mal de espacio (suelen ser de 40x60x90 cm) y la capacidad dependerá del número de personas que vivan en el hogar (para dos personas 4 kilos, para cinco personas 6 kilos y 9 kilos cuando la familia es más numerosa).
La tina puede ser de plástico (menos ruidosas) o de metal, y el control y las funciones ‘extra’ serán la puntilla al lavado, repartiendo gracias al primero la ropa de forma uniforme.
En lo que se refiere a las funciones hace tiempo que se superó la simple opción de elegir la temperatura para ofrecer ahora al usuario el mejor lavado según los tejidos. Así como opciones que van desde el lavado delicado al de prendas deportivas, ropa de cama, antibacterial o el vaporizado para facilitar el planchado. Los modelos actuales también incluyen en muchos casos el aplazamiento del inicio de la actividad, que resulta muy práctico.
El abanico de posibilidades es muy amplio y obviamente pasa también por la marca favorita del comprador y por el tipo de lavadora, que marca la calidad final de la colada. Ésta va desde la A (mejor calidad) hasta la G (menor calidad).
Lo dicho, conviene un poco de calma antes de elegir para acertar el modelo. Y ahora es un gran momento…