La segunda edición del Foro Etorkizuna Eraikiz congregó en la tarde del del jueves a cerca de 200 personas en el Kursaal donostiarra, con el diálogo entre generaciones como hilo conductor. Personas de todas las edades, una experta de la ONU, representantes institucionales, y responsables de experiencias intergeneracionales locales e internacionales hablaron durante hora y media en torno a esta cuestión. En el caso de Gipuzkoa construir puentes entre generaciones se perfilan como el gran reto.
El Foro es el nuevo canal de comunicación y participación que la iniciativa Etorkizuna Eraikiz ha abierto este año para implicar a la ciudadanía en el debate y la reflexión sobre los retos de futuro del territorio.
La tercera edición del Foro está prevista para otoño y tendrá la ruptura de la evolución lineal del progreso como eje. La iniciativa es fruto de la colaboración entre la Diputación Foral de Gipuzkoa y la UPV/EHU, y sus máximos responsables en el territorio han participado en el acto.
Así, el vicerrector del campus de Gipuzkoa de la UPV/EHU y presidente del Foro Etorkizuna Eraikiz, Agustin Erkizia, fue el encargado de dar la bienvenida al encuentro, que contó también con la participación del profesor de la Universidad de Deusto, profesor adjunto del Washington College of Law de la American University y Miembro del Comité DESC de la ONU, Mikel Mancisidor.
El cierre del evento corrió a cargo del diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano.
Edadismo en personas jóvenes
La ponente principal, la canadiense Isabelle Legare, consideró que el edadismo es uno de los principales escollos para el diálogo entre generaciones. “Cuando hablamos de edadismo hablamos de estereotipos, prejuicios o discriminaciones contra individuos o grupos basadas en su edad”, explicó.
Legare puso el foco en la discriminación que sufren las personas jóvenes, menos estudiada que la que sufren las personas mayores. “Existe una tendencia a dudar de la palabra de los jóvenes, de limitar sus esfuerzos en cualquier movimiento político”, opinó. En Europa el 55,4% de las personas entre 15 y 24 años dice haber sido tratada con faltas de respeto y el 41,1% tratada mal. «Es el grupo de edad que más edadismo padece”.
Legare defendió que las políticas públicas, la educación y las intervenciones intergeneracionales han de ser los tres pilares a la hora de combatir este tipo de discriminación. “El diálogo intergeneracional puede ayudar a impulsar la participación política, a generar unas políticas públicas más adecuadas y a trabajar el pensamiento de largo plazo”, remarcó.
A continuación la alcaldesa de Legazpi, Koldobike Olabide, y la coordinadora de I+D de ISEA, María Ruiz, presentaron el proyecto Legazpi Intergeneracional, que impulsa Etorkizuna Eraikiz. El propósito fundamental es diseñar y crear en la localidad de Urola Garaia un espacio abierto de intercambio, experimentación y colaboración intergeneracional.
Mediante el diseño del centro intergeneracional se pretende favorecer la conexión entre generaciones para el desarrollo comunitario, promoviendo un espacio donde se propicien las intenciones compartidas, el ocio individual o compartido, las relaciones interpersonales, el trabajo y el aprendizaje individual o colectivo.
La segunda experiencia la presentaron Leire Ibáñez y Agnès Gràcia, que han intervenido desde Ginebra (Suiza) para presentar el proyecto Child Rights Connect, una ONG que promueve la mejora de la participación infantil y juvenil.
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