El operativo especial de limpieza del río Urumea emprendido por el Ayuntamiento donostiarra ha finalizado, tras ocho jornadas de trabajo para retirar residuos del cauce en la orilla oeste entre el puente de Mundaiz y el de María Cristina. Según ha valorado la concejala de Ecología, Marisol Garmendia, «los números hablan por sí solos»: se han recogido 7.280 kilos.
La basura encontrada es variopinta, difunde el equipo de Garmendia en una nota: «microondas, tablas de planchar, bicicletas, una silla de ruedas, somieres de cama, tazas de váter, sombrillas y hasta una caja registradora, entre otros. Es increíble que haya personas que utilicen el río como vertedero, sin conciencia medioambiental alguna, en lugar de llevar sus residuos al vertedero correspondiente”.
En el operativo han participado dos equipos de operarios, uno a cada lado de los puentes citados, con tres trabajadores en el agua durante las fases de bajamar «y equipados con la indumentaria adecuada», sigue la nota: «Traje de neopreno, botas de agua alta, guantes anticorte con manga y casco de seguridad». De nuevo es significativa esta minuciosa descripción, después de que hace dos semanas el concejal Borja Corominas (PP) y otros correligionarios escenificaran una limpieza por su cuenta en el río.
En la acera, «otros dos operarios se ocupaban de las poleas para subir los residuos». Otro trabajador cargaba los restos en un vehículo para su traslado a San Marcos, «donde se procedía a su correcta clasificación y depósito en vertedero».
Cuando anunció hace un tiempo que se procedería a la limpieza, la concejala Garmendia admitió que podía haberse tardado en emprenderla, añadiendo que los procesos oficiales correctamente tramitados llevan su tiempo. A principios de enero, el colectivo ecologista Eguzki ya denunció la suciedad del Urumea.
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