San Sebastián, 8 sep (EFE).- La normalidad ha protagonizado la celebración del 8 de septiembre, día grande de Hondarribia, con los desfiles de la compañía mixta Jaizkibel y el Alarde, aunque este último ha enviado una escasa representación a la plaza Gernikako Arbola, el punto de concentración desde donde arrancan ambos desfiles.
Este 8 de septiembre ha venido precedido de cierta tensión debido al decreto de la Alcaldía, que estableció ya el año pasado los espacios y horarios de ambos desfiles y que ha sido recurrido por Hondarribiko Alardearen Ondarea Sustatzeko Elkarteak (HAOSE) que solicitó su suspensión cautelar.
El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de San Sebastián confirmó la pasada semana la validez del decreto y el alcalde, Igor Enparan, de Abostanitz, pidió a los responsables de HAOSE que acaten la orden.
Los horarios establecían que el Alarde se concentrara entre las 7.00 y las 7.55 horas en Gernikako Arbola, junto a la muralla de la ciudad, y la hora de llegada de Jaizkibel sería a las 7.45.
En 2024 el Alarde decidió retrasar alrededor de 20 minutos su salida para no coincidir con Jaizkibel.
Este año ha optado por enviar a Gernikako Arbola una pequeña representación, mientras Jaizkibel ha acudido a las 7.45, la hora pactada y ha arrancado a las 8.00.
En su segundo desfile como compañía, una calificación que consiguió en 2024 ya que hasta entonces estaba considerada como manifestación, Jaizkibel, con su capitana Nora Ferreira, ha enfilado la calle Mayor hasta la plaza de Armas desde donde han vuelto a bajar por la misma calle.
El público ha aplaudido a Jaizkibel, aunque algunos han optado por no hacerlo y han asistido en silencio el paso los alrededor 1.000 integrantes, hombres y mujeres de que han concluido el recorrido sin ninguna incidencia y bajo una lluvia fina que ha aparecido de forma intermitente durante la mañana.
La solidaridad con Gaza ha sido una de las notas del desfile igualitario cuyos integrantes han portado pañuelos palestinos y banderas colocadas en el cañón de algunos de los fusiles.
A las 9.04 el paso firme de la arrancada de la escuadra de hacheros, con sus petos de cuero y sus vistosos gorros de lana de oveja lacha ha marcado el inicio del Alarde tradicional, capitaneado por el burgomaestre, Gregorio Alkain, que ha ascendido por la calle Mayor entre los aplausos de las personas que abarrotaban las aceras.
El desfile ha discurrido en un ambiente festivo por unas calles del centro histórico de Hondarribia engalanadas con ikurriñas y banderas de la villa, en una celebración que recuerda la victoria, el 7 de septiembre de 1638, frente a las tropas francesas tras el sitio de 69 días de duración.
El Alarde, integrado por 5.000 personas repartidas en 20 compañías, ha recogido en el pórtico de la Iglesia de la Asunción y del Manzano la bandera de la localidad y una vez en la Plaza de Armas ha efectuado las tres descargas marcadas por el burgomaestre, Gregorio Alkain.
Tanto el desfile de la compañía Jaizkibel como el Alarde volverán a las calles de la villa costera por la tarde, cuando de nuevo Jaizkibel bajará la Calle Mayor al final del recorrido, cuando se celebra el tradicional y desenfadado ‘Zapatero’, algo que se realizó en 2024 por primera vez.
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