«La ola de solidaridad que se ha levantado con las cenas solidarias es buena noticia, pero no es el modelo de los servicios sociales de Donostia. Es más antiguo. Nosotros buscamos la integración. Y, además, si no sabes a quién estás dando de comer…» Así se ha expresado la concejala de Acción Social Aitziber San Román, quien pese a todo ha apuntado que tanto a servicios sociales como a voluntarios de las cenas solidarias les une «la genuina intención de ayudar a quienes tienen necesidad».
Hace ya más de un año que comenzaron las cenas solidarias en la Parte Vieja, posteriormente en Egia y después en Amara. En el balance del primer año, que se hizo el pasado marzo, los voluntarios dieron las siguientes cifras: 22.895 cenas hasta ese momento con un gasto de 45.790 euros salidos, hasta el último, de la solidaridad vecinal.
Faltaba conocer la postura del gobierno municipal sobre este movimiento llamativo y hoy la concejala del área ha presentado un estudio encargado por Acción Social sobre el fenómeno de las cenas solidarias.
«Es difícil ayudar a alguien si no sabes quién es», ha manifestado San Román, quien ha defendido también que la política del Consistorio va más en la línea de la «integración» que en la línea de acciones sociales como la de las cenas solidarias.
Pese a todo el objetivo a partir de ahora, ya con el estudio en la mano, sería «compartir las conclusiones con los grupos que participan en estas iniciativas» y «mejorar la atención y el servicio al colectivo que se beneficia».
Las cifras del estudio
El estudio arroja entre otras cifras que 8 de cada 10 personas entrevistadas tienen acceso a desayuno y comida de distintas formas gracias a Cáritas, Cruz Roja o Jatorkin, principalmente.
El diagnóstico del estudio elaborado por Lotura Giza Garapena (LGG) parte de la entrevista a 97 personas de las 136 registradas en el censo, lo que supone un 71,32% de la población que duerme en la calle.
El 100% de las personas entrevistadas son hombres y, también el 100% se encuentra en situación de sinhogarismo. De hecho un 78,3% de ellas vive y pernocta habitualmente en las calles de la ciudad. Destaca, además, su juventud, ya que el 58,76% de los hombres tiene entre 18 y 29 años, y el 29,90% entre 30 y 44.
El 91,76% de las personas entrevistadas procede del Magreb y prácticamente la mitad no habla español. Un alto porcentaje (72%) lleva en Donostia seis meses o menos, y un 88% menos de un año, cifras que se traducen en un tipo de población flotante o con poco arraigo.
Siempre según el estudio aproximadamente entre un 70%-75% de las personas censadas permanecen 3 meses después en la ciudad y en situación de sinhogarismo. El 25% restante se ha ido, pero ha sido sustituido por otros jóvenes que han llegado recientemente y que continúan en la ciudad, por lo que el número de personas beneficiarias de las cenas prácticamente no varió desde que se inició el estudio y durante los tres meses siguientes.
El 70% de las personas entrevistadas tiene abierta ficha social en SMUS (Servicios Municipales de Urgencias Sociales). Una tendencia que se prevé vaya aumentando progresivamente, en la medida en que prácticamente la totalidad de las personas en situación de exclusión residencial en Donostia acude a este servicio.
Asimismo, según ha manifestado la concejala, «el consumo de sustancias es uno de los aspectos más preocupantes en la situación de las personas que acuden a las cenas y que se encuentran en situación de calle».
Programa municipal Otorduak
En la misma rueda de prensa Aitziber San Román se ha referido al programa Otorduak, que respecto a las cenas solidarias y según ha dicho iría más en la línea de «cimentar modelos de inserción más integradores».
Está dirigido a personas y familias en situación de exclusión severa que pueden acceder a una comida caliente al mediodía y a un bocadillo o un túper para llevar, «gracias a la colaboración de servicios hosteleros de la ciudad».
Otorduak arrancó en junio 2021 con una inversión de 37.500€ y 58 personas beneficiarias. Desde inicios de 2022, hasta la fecha, el programa cuenta con 116 usuarios y con una inversión de 83.500€. La tasa media de asistencia es del 63,45%. 37 de las 116 personas usuarias han entrado ya en un recurso con alojamiento o habitación.
En la actualidad 13 centros hosteleros participan en esta iniciativa, que tiene un total de 61 plazas habilitadas de las cuales hay ocupadas 51. «Por lo que quedan 10 plazas libres y no hay nadie en lista de espera», ha dicho San Román. «Para ser usuario del programa Otorduak no es indispensable estar empadronado, pero sí manifestar arraigo, voluntad y posibilidades de quedarse en la ciudad», ha añadido la concejala. Más información sobre las cenas solidarias, aquí.
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