Encuestas

El bienestar en Euskadi aprueba, pero no llega igual a todos

La capacidad de ahorro es el indicador peor valorado en el último estudio del Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno Vasco

XE4S2735 El bienestar en Euskadi aprueba, pero no llega igual a todos
(Archivo). Playa en Donostia. Foto: Santiago Farizano

La población vasca ofrece una valoración global positiva de su calidad de vida, aunque el bienestar no se distribuye de manera homogénea entre los distintos grupos sociales. Así lo refleja el último estudio del Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno Vasco, que sitúa la valoración media de la vida en 7,3 puntos sobre 10, pero evidencia diferencias relevantes según la edad, la situación laboral y la clase social.

El informe señala que la satisfacción con las relaciones personales alcanza los 8 puntos y que el 73 % de la población declara tener una salud buena o muy buena. No obstante, esta percepción general se debilita en el ámbito económico.

La capacidad de ahorro es el indicador peor valorado, con una puntuación media de 6,1 puntos, y desciende hasta el 5,5 entre quienes se identifican como de clase social baja. En el extremo opuesto, las personas que se consideran de clase alta sitúan su capacidad de ahorro en 7,1 puntos.

Las diferencias también se aprecian en función de la edad. Las personas jóvenes, de entre 18 y 29 años, muestran mayores dificultades para ahorrar, con una valoración media de 5,8 puntos, mientras que entre las mayores de 65 años esta percepción mejora hasta los 6,5 puntos.

En el ámbito emocional, el 78 % de la población afirma haber tenido un estado emocional positivo en las últimas cuatro semanas, aunque las diferencias por situación laboral son notables. Entre las personas en paro, el 15 % declara un estado emocional negativo, frente a porcentajes significativamente más bajos en otros colectivos. Asimismo, la evaluación global de la vida desciende por debajo de la media entre las personas desempleadas, quienes realizan labores del hogar y quienes se identifican como de clase social baja.

La percepción de la salud también varía en función de la edad y el nivel educativo. Mientras que el 92 % de los jóvenes de entre 18 y 29 años considera que su salud es buena o muy buena, este porcentaje se reduce al 63 % entre las personas mayores de 65 años. Además, la autopercepción positiva de la salud aumenta a medida que lo hace el nivel de estudios, desde el 61 % entre quienes tienen estudios primarios hasta el 81 % entre quienes cuentan con estudios universitarios.

En cuanto a los hábitos de vida, el 59 % de la población realiza actividad física moderada o intensa al menos tres veces por semana, con una mayor frecuencia diaria entre las personas de más edad. El 90 % declara llevar una alimentación muy o bastante saludable, un porcentaje que asciende entre las personas con estudios universitarios y en los niveles sociales más altos.

En el plano social, la mayoría de la población afirma no sentirse sola nunca o casi nunca (59 %) y más de la mitad se siente reconocida por su entorno. Sin embargo, las mujeres, las personas en paro y quienes realizan labores del hogar declaran con mayor frecuencia sentimientos de soledad o menor reconocimiento social.

El estudio también analiza la preocupación ambiental. Solo el 23 % de la población se declara muy o extremadamente preocupada por el cambio climático, mientras que el 55 % considera que, aunque es importante, existen actualmente otras prioridades. Este último porcentaje ha aumentado respecto a 2024.


Una respuesta a «El bienestar en Euskadi aprueba, pero no llega igual a todos»

  1. Piruleto

    Cada vez aportamos más para que otros puedan vivir mejor.
    Cada vez menos servicios públicos o peores.
    Cada vez menos poder adquisitivo.
    Cada vez muchas cosas peor.
    Y es curioso que a pesar de todo, vivimos «mejor» que nuestros padres o abuelos.

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