Escalante, Enrich y Kike García han sido hoy los artífices de uno de esos partidos de LaLiga que no se olvidan, ante un rival que siempre genera más temor que respeto, el Real Madrid, que ha caído Ipurua estrepitosamente, 3-0, sin encontrar su lugar en ningún momento y ante un Eibar que se lo ha puesto imposible y ha estado animadísimo desde las gradas.
Tremendo encuentro que para los de casa ha sido una gesta y para los de Solari, que parecía que tenía el pulso de su equipo, ha sido bochornoso.
Como gran aliada del Eibar ha sobresalido la rapidez del equipo, que no ha perdonado ni el primer minuto, ante un visitante desconcertado que aún ha ido peor en la segunda parte. Fueron tres goles pero pudieron ser más.