Un año más Gladys Gogoan y Eguzki convocan a la ciudadanía a participar en el acto de homenaje y recuerdo a Gladys del Estal, ecologista residente en Donostia que fue asesinada por la Guardia Civil hace ya 46 años durante una movilización antinuclear en Tudela. El encuentro tendrá lugar este domingo, 1 de junio, en el parque Cristina Enea (Gladys Enea en el sentir popular de quienes recuerdan a la ecologista), en Egia. En esta ocasión se hablará también sobre el silencio en Gaza.
La jornada comenzará con una cita doble: a las 11:30 en el Boulevard, desde donde se partirá en bicicleta hacia el parque, y a las 12:00 en la puerta de Gladys Enea, desde donde se subirá en romería hasta el monolito que recuerda a Gladys. Allí se celebrará el acto principal, en el que no faltarán el aurresku, flores, canciones y palabras de memoria y compromiso.
Memoria
El 3 de junio de 1979 Gladys del Estal fue asesinada de un tiro en la cabeza por el guardia civil José Martínez Salas en Tudela, durante una movilización contra las centrales nucleares y el polígono de tiro militar de las Bardenas. 46 años después, su recuerdo sigue vivo, no solo por el cariño de quienes la conocieron, sino también por la vigencia de las causas que defendía.
Este año el acto pone un acento especial en la oposición a la guerra y al militarismo con el lema GERRARIK EZ! En ese marco intervendrá en el evento Iñaki Otamendi, miembro de Bake-Ekintza Antimilitarista de la Delegación Vasca del Centre Delàs d’Estudis per la Pau, organización que investiga el comercio de armas, el gasto militar y su financiación. Una intervención especialmente pertinente en un contexto de creciente gasto militar y de silencio ante crímenes como el genocidio en Gaza.
El homenaje también recuperará la memoria del movimiento antinuclear que llevó a Gladys a participar en aquella jornada de protesta. Convocada en junio de 1979 tras el accidente nuclear de Harrisburg, la jornada pretendía denunciar tanto el uso civil como militar de la energía atómica. Los Comités Antinucleares de Euskadi decidieron hacerla en Tudela, donde se proyectaba una central nuclear y donde aún hoy sigue activo el campo de tiro de las Bardenas.
Desde Gladys Gogoan y Eguzki recuerdan: “La mataron por defender la vida y el planeta. La recordamos porque fue nuestra amiga, una de las nuestras. Y porque su crimen quedó impune. Pero, sobre todo, porque las razones que la llevaron a Tudela siguen tan presentes como entonces”.



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