El Museo Vasco del Ferrocarril de Euskotren celebró ayer en sus instalaciones de Azpeitia su 25 Aniversario. Desde la inauguración del Museo Vasco del Ferrocarril, el 4 de octubre de 1994, presidida por el Lehendakari José Antonio Ardanza, esta institución ha recibido la visita de 623.961 personas. De ellas 249.445 han disfrutado de los servicios de trenes de vapor históricos que se ofrecen desde 1998 y otras 108.700 han viajado en trenes especiales alquilados por todo tipo de colectivos (grupos escolares, jubilados, excursiones, etc.)
El acto de celebración, en el que se entregaron los premios del concurso infantil “25 Aniversario del Museo Vasco del Ferrocarril” y que contó con la actuación del grupo de danzas EGAPE, estuvo presidido por la Consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia. En el mismo estuvieron presentes también el Director General de Euskotren, Imanol Leza y el responsable del Museo, Juanjo Olaizola.
El Museo Vasco del Ferrocarril de Euskotren recoge en su sede de Azpeitia los más variados testimonios que la historia de este medio de transporte en Euskadi ha generado a lo largo de más de siglo y medio. Desde locomotoras de vapor hasta relojes, pasando por toda clase de elementos vinculados a la explotación ferroviaria, como faroles, telégrafos, uniformes, máquinas-herramienta, teléfonos o juguetes.
En estos 25 años el patrimonio del Museo Vasco del Ferrocarril ha experimentado un notable incremento en todas sus áreas. En el caso de los vehículos históricos, la colección de vehículos se ha incrementado de 45 a 87 unidades, entre las que cabe destacar 7 locomotoras de vapor, entre ellas la “Espinal” construida en 1887, la más antigua de las fabricadas por el inventor de la locomotora de vapor, Robert Stephenson, en funcionamiento en el mundo. O la locomotora de vapor “Euzkadi”, la más emblemática de los antiguos Ferrocarriles Vascongados.
Las colecciones del Museo Vasco del Ferrocarril también se han incrementado con otros elementos y conjuntos, como la colección de uniformes ferroviarios que a través de más de 200 prendas ofrece una amplia visión de la evolución de la moda ferroviaria entre 1863 y 2019. También es digna de reseñar la colección de juguetes ferroviarios antiguos Federico Zappino, con piezas fabricadas en los años 30, 40 y 50 del pasado siglo.
Igualmente el archivo del Museo Vasco del Ferrocarril ha visto notablemente incrementados sus fondos durante estos 25 años. Entre los conjuntos más destacados recuperados en este periodo cabe destacar el archivo histórico de la Compañía del Tranvía de San Sebastián, los libros de Actas, Diarios y Mayores del Ferrocarril Central de Vizcaya, Durango a Zumárraga, Elgoibar a San Sebastián, Ferrocarriles Vascongados y del Tranvía de Bilbao a Durango y Arratia, así como el archivo histórico del Ferrocarril del Urola.
El fondo documental también se ha incrementado, sobre todo el archivo fotográfico, que ya supera las 100.000 imágenes, todas ellas digitalizadas.
El Museo Vasco del Ferrocarril ha participado, como organizador o colaborador, en diversas conmemoraciones relacionadas con el ferrocarril, ha editado diversos libros relacionados con las mismas y ha sido escenario de varias producciones cinematográficas.
La historia
La falta crónica de inversiones en el ferrocarril tras la guerra civil obligó a mantener en servicio instalaciones, equipos y material móvil que en otras circunstancias habrían sido retiradas tiempo atrás.
A partir de los años del siglo XX, la percepción social sobre el ferrocarril experimentó una lenta evolución y, lo que en las tres décadas anteriores se consideraba una rémora del pasado, superada por los nuevos medios de transporte por carretera, comenzó a ser valorado como una alternativa a los problemas de congestión viaria, contaminación y sinistrabilidad que había generado la apuesta por el automóvil. En consecuencia, el ferrocarril entró en una fase de recuperación y los viejos trenes e instalaciones comenzaron a ser reemplazados por nuevas unidades y equipos.
En 1989 la Dirección de Transportes del Gobierno vasco decidió redactar un inventario que permitiera valorar el patrimonio ferroviario existente en aquel momento en Euskadi.
Así se decidió crear el Museo Vasco del Ferrocarril en Azpeitia tras la rehabilitación de la antigua estación y sus anejos y la restauración de un conjunto de veintiocho unidades ferroviarias y la recuperación de diversas colecciones, en buena medida, gracias a la colaboración de coleccionistas particulares como Javier Aranguren y Jesús Mínguez.
El proyecto del Museo Vasco del Ferrocarril contemplaba desde sus inicios que los vehículos históricos preservados y restaurados en esta institución pudieran recuperar toda su esencia con la posibilidad de circular en servicios de carácter histórico.
El Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco impulsó la recuperación de la traza del antiguo Ferrocarril del Urola entre Azpeitia y Lasao. En 1998 se completaron los trabajos y se procedió a la apertura de este trayecto de 4,5 kilómetros, que cuenta con un túnel de 225 metros de longitud y un puente sobre el río Urola de 40 metros, divididos en cuatro vanos, obra de gran interés histórico, ya que fue diseñada por el ingeniero Eugenio Ribera, uno de los pioneros en la utilización del hormigón armado en la península ibérica.