Controversia

El obispo anima a reconocer el Sagrado Corazón como parte del paisaje y la historia de Donostia frente a la polémica

El prelado subraya que la idea de levantar la imagen nació en 1926, antes de la Guerra Civil, como fruto de una iniciativa popular

XE4S2795 El obispo anima a reconocer el Sagrado Corazón como parte del paisaje y la historia de Donostia frente a la polémica
El Sagrado Corazón de Urgull en la lejanía. Foto: Santiago Farizano

En plena polémica por la propuesta de incluir el monumento del Sagrado Corazón de Urgull en el catálogo de símbolos “contrarios a la memoria democrática”, el obispo de San Sebastián Fernando Prado Ayuso ha hecho pública una carta pastoral en la que defiende el carácter religioso y ciudadano del monumento. El prelado subraya que la idea de levantar la imagen nació en 1926, antes de la Guerra Civil, como fruto de una iniciativa popular y “ajena a cualquier propaganda político-partidista”.

La carta, titulada La memoria en el corazón, se publica en el marco del mes del Sagrado Corazón y en coincidencia con tres aniversarios: el Año Jubilar universal, los 75 años de la diócesis y las bodas de diamante del propio monumento.

Desde un enfoque pastoral, Prado recuerda que junio invita a “contemplar al Corazón traspasado de Jesús” y apela a la paz interior frente a las tensiones sociales. Con tono sereno pero firme, responde al debate abierto desde el Consejo de Memoria Histórica del Ayuntamiento de San Sebastián, y aclara que la inauguración de la estatua en 1950 fue exclusivamente litúrgica, sin presencia de símbolos franquistas ni autoridades del régimen.

Más allá de la controversia, el obispo invita a todos los donostiarras, creyentes o no, a valorar la estatua como parte del “paisaje» de la ciudad. “Es un momento propicio para reafirmar su presencia y confiar la ciudad al cuidado del Sagrado Corazón”, escribe.

Además, anuncia un amplio programa de actividades organizadas junto a los jesuitas y la Asociación de Amigos del Corazón de Jesús de Urgull: novenas, conferencias, la presentación de un libro y un concierto-oración, conmemorando especialmente en noviembre los 75 años del monumento.

La carta concluye con una invitación abierta: “Invito a los donostiarras, sin excepción, a valorar este monumento como un verdadero símbolo vivo de esperanza”. Más información sobre el tema, aquí.


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