“El reto ha sido inmenso; visto en perspectiva me conmueve pensar en cuántas personas y entidades han entregado su tiempo, su pericia y su confianza a este proyecto”. Con esas palabras, Xabier Agote, presidente de Albaola, resumía esta mañana la emoción compartida ante la inminente botadura de la nao San Juan, prevista para el 7 de noviembre en la bahía de Pasaia.
La réplica científica del ballenero vasco del siglo XVI culmina así su etapa de construcción en tierra y se adentra en una nueva fase: la del mar. Un momento histórico que supone no solo un logro técnico, sino también un homenaje a la tradición marítima vasca y a los oficios que la hicieron posible.
Un hito
La nao San Juan es mucho más que un barco. Es el resultado de más de una década de investigación, artesanía y trabajo colectivo desde Albaola Itsas Kultur Faktoria. La construcción se ha desarrollado a la vista del público, en un taller abierto que ha recuperado técnicas casi desaparecidas como la carpintería de ribera, la velería, la cordelería o la herrería.
La botadura marca el paso de la fase en tierra a la de mar, cuando comenzarán los trabajos de equipamiento y arqueo-navegación en la propia bahía de Pasaia: alrededor de cuatro kilómetros de cabos, dos juegos de velas de 600 metros cuadrados, anclas forjadas, chalupas balleneras, barricas y pertrechos realizados con materiales y métodos del siglo XVI.
Una historia que une siglos
El pecio original de la nao San Juan fue descubierto en 1978 en Red Bay (Labrador, Canadá), gracias a las investigaciones de la historiadora Selma Huxley y a las campañas del Servicio de Arqueología Subacuática de Parks Canada, dirigido por Robert Grenier. El estudio y catalogación de miles de fragmentos permitió reconstruir con precisión el casco del ballenero y sus métodos de construcción, convirtiendo esta nao en referencia internacional para la arqueología subacuática.
Con ese conocimiento como base, Albaola emprendió en Pasaia una reconstrucción científica muy rigurosa.
Voces desde la ribera
Durante la presentación de esta mañana el alcalde de Pasaia, Teo Alberro, ha destacado que “la botadura del San Juan no es solo la reconstrucción de un barco histórico, sino la expresión del esfuerzo colectivo de una comunidad. Pasaia demuestra una vez más que un pueblo pequeño, desde sus raíces y la fuerza de su gente, puede proyectarse al mundo”.
La vicelehendakari primera y consejera de Cultura y Política Lingüística, Ibone Bengoetxea, ha subrayado que “la botadura será mucho más que un acto simbólico: es el reflejo de un pueblo que sabe unir tradición y modernidad, raíces y futuro”.
Por su parte, la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, ha definido el acontecimiento como “una cita internacional de primer nivel” y destacó tres valores esenciales del proyecto: “la colaboración, la innovación y el trabajo, tres rasgos que definen la historia de nuestro pueblo”.
Regreso al mar
La botadura del San Juan no será el final, sino el principio de una nueva etapa. En los próximos meses el barco continuará su proceso de equipamiento hasta convertirse en un barco-museo visitable, abierto al público para descubrir la vida a bordo de los navegantes vascos del siglo XVI.
El 7 de noviembre, cuando la nao toque el agua por primera vez, se cerrará un ciclo y se abrirá otro: el de un sueño cumplido, el de un barco nacido de la historia que vuelve a navegar en el presente.
El acto será retransmitido en directo por EITB 1, con lo que todo el país podrá acompañar desde tierra el renacer del San Juan.
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