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Euskera/Igualdad

Escultura-homenaje a Elbira Zipitria, pionera del euskera en el franquismo

La Diputación la ha colocado con intención en el centro de la sala del palacio foral dedicada a los grandes nombres, para paliar la "invisibilidad" de figuras femeninas como ella, "una de las mayores de Euskadi en el siglo XX"

Inauguración de la escultura de la pionera de las ikastolas donostiarras Elbira Zipitria. Foto: Diputación.

La Diputación de Gipuzkoa ha inaugurado esta mañana en el patio de honor del palacio foral una escultura de la educadora y pionera del euskera Elbira Zipitria Irastortza (Zumaia, 1906-Donostia, 1982), coincidiendo con el 40º aniversario de su muerte. En el acto de estreno y homenaje han tomado parte medio centenar de los estudiantes y colaboradores con los que contó «una de las mayores figuras de Gipuzkoa y Euskadi en el siglo XX», según el diputado general, Markel Olano.

El organismo foral ha querido destacar en su nota que la figura, hecha en bronce y obra de la artista azkoitiarra Lurdes Umerez, se ha ubicado en el centro del espacio dirigido a los grandes nombres de la historia de Gipuzkoa (Elkano, Urdaneta, Zuazola, Larramendi…), siendo por tanto una mujer la que ocupa el espacio central de esta sala.

Con este «pequeño pero significativo paso», según Olano comienza a enmendarse una evidente «laguna histórica» en el propio edificio, ya que muchas pioneras femeninas han sido históricamente «silenciadas e invisibilizadas. Y queremos reivindicar en voz alta, como institución pública, la contribución fundamental de las mujeres en la construcción de Gipuzkoa y del País Vasco, para que sirvan de modelo para las generaciones presentes y futuras».

En plena dictadura franquista, esta promotora de una de las primeras ikastolas de la posguerra donostiarra consiguió «mantener viva la llama del euskera y de la identidad vasca y transmitirlas» a las nuevas generaciones, «actuando con enorme valentía y contando para ello con la ayuda de varios padres y madres donostiarras», resume Olano. «Valiéndose de pedagogías vanguardistas en su casa-escuela, enseñando a las nuevas andereños, abrió el camino a la enseñanza en euskera y sembró la semilla del movimiento de las ikastolas».

Tras las palabras del diputado general, en el acto han tomado la palabra para compartir sus recuerdos Kontxita Beitia y Mari Karmen Mitxelena, quienes se formaron como andereños en la casa-escuela de la calle Fermín Kalbetón. El homenaje ha terminado con la interpretación al txistu de quien fuera también alumno suyo, Xabier Muñoz Otaegi, con un tema que les enseñó la propia Zipitria.

Perfil de la homenajeada
La andereño Elbira Justa Zipitria fue, como se ha reflejado, una de los promotoras de las primeras ikastolas de la posguerra en Donostia. Según informa la Diputación, era una «cristiana creyente y ferviente nacionalista vasca», miembro activo del PNV y de Emakume Abertzale Batza, y «sirvió de puente» entre las generaciones anteriores a la Guerra Civil española «y la enseñanza vasca de la posguerra».

Tras el levantamiento de las tropas franquistas «tuvo que huir de Donostia, al igual que muchos otros euskaltzales y nacionalistas de la época. En Lapurdi, donde se refugió en la casa Prefetenea de Sara, tuvo la oportunidad de conocer formas educativas innovadoras que se estudiaban en Francia en aquel momento y, años más tarde, al regresar a Donostia, adoptó pedagogías progresistas a la hora de enseñar a niñas y niños».

A pesar de la dictadura, «fundó en la calle Fermín Calbetón 26 una casa-escuela en la que impartió clases en euskera a numerosos niños y niñas, chicas y chicos juntos. Además, formó a las nuevas maestras o andereños, quienes serían fundamentales en la difusión de la educación vasca a partir de entonces. En 1968 participó junto con otros padres y madres y andereños en la creación de la ikastola Orixe».

Los últimos años de su vida «fueron tristes y solitarios, en parte por su carácter especial y riguroso», o debido a «sus desacuerdos en relación a la creación del euskera batua y su preocupación por el rumbo que estaban tomando las ikastolas. Falleció en Donostia el 26 de diciembre de 1982, a los 76 años».


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