«Está normalizado en nuestra sociedad que una mujer trabaje como interna en una casa cuidando a personas mayores las 24 horas del día y los 7 días de la semana«. Quien habla es Silvia Carrizo, miembro de la Asociación de mujeres inmigrantes Malen Etxea. Carrizo pone el acento en que «en las últimas semanas ha habido una alarma en relación a unos sucesos lamentables en la hostelería en Donostia. ¿Por qué no se mira también a otros sectores?»
A Malen Etxea acuden «con frecuencia» mujeres extranjeras, algunas con papeles, otras sin ellos. Y en muchos casos con la característica común de que trabajan sin descanso como internas. Sin descanso significa, según Carrizo, todos los días y a todas horas.
«Es difícil dar cifras, pero nosotras hemos hecho algunos cálculos. Hay 23.000 personas en situación de dependencia en Gipuzkoa y el 80% decide estar en sus hogares. El 45% tiene una trabajadora interna. Son 7.000 o 8.000 mujeres en este sector«. Y según Carrizo la «explotación» es «muy habitual».
De hecho Carrizo va muy lejos al afirmar que «el sistema de atención a la dependencia se sostiene en gran medida en la explotación de mujeres inmigrantes».
Desde Malen Etxea valoran positivamente la profesionalización de los cuidados promovida por Diputación, pero consideran negativo que esos títulos que ahora son obligatorios queden vinculados después al trabajo doméstico. «Es como si te piden una titulación de maestra para barrer», añadió Carrizo en conversación con DonostiTik. «Hay un baremo con los salarios correspondientes, pero podemos afirmar que no se cumplen».
Malen Etxea tiene la sede central en Zumaia, si bien está presente en otros puntos del territorio. Carrizo anima a acudir a las mujeres inmigrantes que así lo necesiten porque ven incumplidos sus derechos o necesitan algún tipo de apoyo.
Por otro lado Malen Etxea es una de las entidades que ha mostrado su apoyo al colectivo Zaintza Demokratizatu presentado la pasada semana en el Ayuntamiento de Donostia para promover un debate en torno a los cuidados.
