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François Ozon, harto de la imposición de la sociedad de la juventud: «Vivan las arrugas»

Participa en el 72º Festival de Cine de San Sebastián con el emotivo thriller familiar "Cuando cae el otoño"

François Ozon con el equipo de ‘Cuando cae el otoño’. Fotos: Santiago Farizano

(EFE). François Ozon ha presentado este domingo en el 72 Festival de Cine de San Sebastián su emotivo thriller familiar «Cuando cae el otoño», una historia contada al ritmo vívido de dos mujeres jubiladas, hermosas en sus sesenta y tantos, «con tanta vida que contar» como las arrugas que muestran sus rostros.

«Estoy harto de la imposición de la sociedad de la juventud a toda costa y me horroriza el lugar preponderante que está tomando la cirugía estética, vivan las arrugas», ha señalado el realizador francés en una charla con EFE con motivo de la presentación de su cinta, a concurso en la Sección Oficial del festival donostiarra.

Esta será la sexta vez que Ozon opta por la Concha de Oro, que ya ganó, junto con el Premio del Jurado al mejor guion, con ‘En la casa’ (‘Dans la maison’, 2012).

Protagonizada por las veteranas Hélène Vincent, en el papel de Michelle, y Josiane Balasko, como Marie-Claude, a las que acompañan sus ‘hijos’ Ludivine Sagnier (Valerie) y Pierre Lottin (Vincent), ‘Cuando cae el otoño’ narra cómo la vida de Michelle se tambalea después de que su hija, con la que mantiene una relación fría y distante, decide cambiar sus planes de dejarle al nieto pasar unas vacaciones con ella.

Las setas silvestres: ricas ricas

El motivo es que Michelle ha recogido en el bosque unas setas silvestres con su amiga Marie-Claude y se las ha dado a comer a la hija sin darse cuenta de que eran venenosas, algo más que suficiente para que Valerie, que cada vez soporta menos a su madre, la acuse de estar incapacitada de cuidar de un niño, a pesar de que éste, Lucas (Garlan Erlos) la adora.

Valerie se está separando del marido y su egoísmo crece a la par que su intolerancia ante cada gesto de su madre, al tiempo que le critica la relación que mantiene con su única amiga del pasado, cuyo hijo está a punto de salir de prisión.

«Me ha encantado trabajar con estas señoras mayores, creo que en nuestra sociedad la vejez está invisibilizada, es posible que más en el cine americano que en el europeo. Lo que yo quería -explica el director de ‘Franzt’ (2016)- era mostrar a esas mujeres a su ritmo, lento, porque están jubiladas, y esa belleza de sus arrugas«, afirma.

«Tampoco son ‘abuelitas’, sí quizá en apariencia -admite Ozon- pero detrás de sus rostros hay una vida, un pasado».

Sororidad: amor más fuerte que el de los propios hijos

La relación que une a estas mujeres, que se conocieron años atrás en París, donde trabajaban juntas, genera un amor, una sororidad entre ellas que «es incluso más fuerte que el amor de sus hijos», apunta el director, experto en manejar los lazos de las relaciones humanas por encima de las convenciones.

«Si te fijas, dice Ozon, la sororidad está en todo mi cine (…), en mi anterior película (‘Mi crimen’, 2023) eran dos mujeres jóvenes las que se ayudaban; aquí, son dos mujeres que han pasado una vida juntas, se han ayudado mutuamente toda una vida, y no siempre les han pasado cosas agradables».

Si Valerie es intolerante al máximo con su madre, Vincent es todo lo contrario. Lottin (un habitual del cine de Ozon) compone un delicioso personaje que pasa en un instante de ser un ‘macho alfa’ iracundo e incontrolable a muchacho adorable y frágil.

«Todo en él es carismático, es un amor, muy bello, pero también peligroso -apunta Ozon-, no se sabe por qué ha estado en la cárcel, qué ha hecho. Si lo piensas, da un poco de miedo».

Las complicadas relaciones familiares se retuercen aún más cuando Valerie sufre un accidente y el niño acaba en el pueblo con la abuela.

Hija tóxica de madre tóxica o cómo perdonarse sin rencor

«Quizá Michelle no ha sido tan buena madre, quizá fue una madre tóxica al mismo nivel que Valerie es ahora una hija tóxica», propone el director de ‘Joven y bonita’ (2013).

En medio, las pesquisas de una inspectora, madre soltera, probablemente predispuesta a ayudar a las amigas ancianas: «Todo lo que pasa después del accidente es posible porque la policía también es sorora», se ríe Ozon, que disfruta confesando que, tras comentar con investigadores de verdad el caso policial que se plantea en la película, «todos coincidieron en que es totalmente imposible en la vida real».

En realidad, la trama detectivesca sólo está ahí para que el espectador se centre en lo que importa: la protección mutua en una familia escogida.

Este año, confiesa Ozon, «cerrará un círculo» en Donostia: «Hace 23 años que vine por primera vez a San Sebastián con ‘Bajo la arena’ protagonizada por otra veterana, Charlotte Rampling.

La cinta llegará a las salas españolas el próximo 11 de diciembre.


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