Los gestores del bar Etxekalte de Donostia han respondido a la noticia dada el sábado por DonostiTik en que se hacía eco de las denuncias vecinales por el ruido de un local de la calle Mari dadas a conocer en un comunicado de Parte Zaharrean Bizi Auzo Elkartea.
Los gestores de Etxekalte han respondido de la siguiente forma. «En cuanto a la noticia sobre el bar de la calle Mari y dándose el bar Etxekalte por aludido: el establecimiento dispone de limitadores instalados por el Ayuntamiento, por lo que es imposible que el DJ haga subidas de volumen, ya que los limitadores no lo permiten. El establecimiento dispone de doble puerta para impedir salir al ruido. Y en cuanto al sonido de la gente en la calle, eso no es nada que competa al establecimiento ya que hay mucho movimiento de paso de gente al ser una calle muy céntrica y se acumula mucha gente cómo es propio de la Parte Vieja».
Nuestra asociación no discute que el Etxekalte tenga un limitador para los aparatos de música, es obligatorio. Pero rehuyen demostrar si hacen uso de esa herramienta, es decir, si los responsables del local realmente limitan el volumen de la música al nivel que la legislación les autoriza. Hasta 8 veces la guardia municipal ha comprobado que los valores de ruido superaron los límites autorizados, que no hacen uso del limitador y que no respetan el derecho al descanso del vecindario. Y, por ello, el Ayuntamiento les requirió que presentaran en un plazo de 5 días hábiles los datos de la memoria del limitador de los equipos de música. El plazo finalizó el 16 de junio, sin que ello se haya producido. Tras esta negativa de los responsables del Etxekalte conviene aclarar una segunda cuestión, no menos importante, que en el Ayuntamiento hay un escrito en el que al establecimiento se le “ordena la retirada inmediata de los equipos de música para evitar más molestias al vecindario”. Pero desde el 7 de julio, mes y medio más tarde, la concejala Garmendia retiene ese escrito y no lo firma para hacer efectiva la orden de retirada de los equipos de música. ¿Por qué?
No se discute que el establecimiento tenga limitadores. El asunto, en este momento, es saber si los limitadores “limitan” realmente el volumen.
Tras la octava vez que la guardia municipal certificó que los valores de ruido medidos superaban los límites autorizados, el Ayuntamiento envió al responsable un requerimiento: tenía que presentar los datos de la memoria del limitador-registrador de los equipos de música y le daba un plazo de 5 días hábiles. El plazo para presentarlos finalizó el 16 de junio pero esos datos no han sido presentados. ¿Por qué no lo hizo, por qué no lo hace?
Tras esa negativa a presentar los datos, convendría aclarar una segunda cuestión. Si no presentaba los datos, el Ayuntamiento le comunicaba que “se ordenará la retirada inmediata de los equipos de música para evitar molestias al vecindario”. Desde el 7 de julio, ha pasado mes y medio, la concejala tiene el escrito para ordenar esa retirada pero no lo firma. ¿Por qué no lo firma? Cuesta entenderlo.