«Todos tenemos la tentación de pensar que lo que sucede ahora es la primera vez que ocurre en la historia, pero no es verdad», ha dicho Eneko Goia en su despedida a la prensa esta mañana para recalcar que, como en tiempos pasados, hay extremistas que vociferan mientras corre la percepción de que los políticos son granujas, los periodistas mienten y el ciudadano no puede creerse nada. «Para hacer frente a este fenómeno hay que combatir desde la política y desde los medios», ha añadido el alcalde, que presentará su renuncia el jueves durante el pleno.
El todavía regidor de Donostia ha comparecido con tono sereno, entre bromas y reflexiones, y ha reivindicado la importancia de mantener los valores y principios democráticos frente a las modas y el ruido político. En un mensaje dirigido expresamente a los periodistas, Goia ha defendido el papel de los medios de comunicación como parte esencial de la salud democrática, al tiempo que les ha agradecido la cercanía de estos años: «Me he sentido bien tratado, aunque no siempre de acuerdo con todos los titulares que me habéis regalado», ha reconocido.
Goia ha explicado que su intervención del jueves será «un balance de los últimos diez años», un repaso a los cambios de la ciudad y a las «apuestas estratégicas» impulsadas por el Gobierno municipal. «La ciudad ha cambiado mucho, pero no todo por decisiones del Ayuntamiento. Los protagonistas son los donostiarras, que toman sus propias decisiones y hacen que la ciudad sea como es», ha señalado, convencido de que Donostia debe mirar al futuro «sin miedo».
El alcalde anunció su marcha el pasado día 2, aunque ésta no será efectiva hasta que el pleno acepte la renuncia el jueves. Después se celebrará una sesión extraordinaria en la que se dará cuenta también de la salida del concejal popular Jorge Mota. Si se cumplen los plazos previstos, el nuevo alcalde -Jon Insausti- tomará posesión previsiblemente el 29 de octubre, una vez la Junta Electoral Central remita las credenciales.
Preguntado por las críticas de algunos grupos políticos, Goia ha respondido con naturalidad: «No espero menos, discrepamos absolutamente. Tenemos visiones de ciudad diferentes, y eso no es malo. Lo importante es debatir sobre proyectos, no sobre cuestiones personales».
En la recta final de su comparecencia, Goia ha vuelto al tono reflexivo que marcó el inicio. Ha recordado un libro leído recientemente sobre el ascenso de Trump en Estados Unidos y ha advertido sobre «las expectativas irreales» que generan frustración social. «Vivimos en un mundo complejo y preocupante, con fenómenos políticos de ida y vuelta. En esos momentos, resistir es una virtud. Tener los valores claros y no sucumbir a las modas es fundamental», ha concluido.



Deja un comentario