El vecindario de Amara Berri pide a las instituciones y a la Real Sociedad que tome medidas cuando se juegan partidos en Anoeta «para salvaguardar, en todo momento, el ejercicio de los derechos de los residentes». Y advierte de que «grupos de aficionados de la propia Real Sociedad se comportan de manera incívica«.
«Cada vez que se celebra un partido de fútbol en Anoeta, la ciudadanía de Amara Berri ve cómo sus derechos ciudadanos quedan en suspenso», añaden los firmantes. «No solo deja de ser posible realizar, con la tranquilidad necesaria, actividades como pasear, jugar en los parques, dormir o aparcar, sino que hay ocasiones en que, si los partidos son de alto riesgo, la sensación de miedo se hace dueña de la calle«, denuncia el vecindario en la nota firmada por Amara Berri Auzo Elkartea, Amara berri ikastetxea, Katalin ikastetxea, el hogar del jubilado, Ikasbide elkartea, Urrats Euskaltegia, AEK euskaltegia, Amara Berri Fútbol Taldea y la Asociación de ciudadanos de Mongolia.
«El temor y la impotencia son sensaciones habituales entre el vecindario de las calles y plazas más próximas a Anoeta, antes y, sobre todo, después de cada partido», denuncian, puntualizando que «grupos de aficionados de la propia Real Sociedad se comportan de manera incívica y, en ocasiones, incluso de forma amenazante y peligrosa para la integridad física de vecinas y vecinos de la zona».
Los firmantes consideran que el Ayuntamiento «se desentiende de la parte de responsabilidad que le corresponde, no solo cuando vienen a la ciudad aficiones de otros equipos, sino cada vez que se celebran partidos de fútbol en Anoeta y se repite, una y otra vez, la conculcación de derechos de personas que viven o trabajan en Amara Berri».
«Es también inaceptable la actitud que mantiene la Real Sociedad optando por dejar en la impunidad las actuaciones de seguidores del equipo -que es también el nuestro- en las inmediaciones de Anoeta», denuncian los firmantes.
«Si quienes dirigen la Real Sociedad no se implican a fondo en la resolución del grave problema que sufre el barrio como consecuencia del comportamiento de una parte del público que asiste a los partidos, su tantas veces proclamado compromiso corporativo con Donostia y con Gipuzkoa quedará solo en palabras huecas», añaden.
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