Una de las obras más esperadas por los donostiarras, tanto por la imagen de ciudad como por las necesidades de los vecinos de la Parte Vieja, echará a andar próximamente tras la aprobación que tendrá lugar el martes en la junta de gobierno local, donde se dará luz verde al acuerdo alcanzado entre el Consistorio y la empresa concesionaria de la Bretxa para iniciar la remodelación del edificio Pescadería. Las obras empezarán este mismo verano y cabe esperar que para el año que viene ya esté en marcha el mercado tradicional. Más difícil de prever resulta cuándo estarán en funcionamiento el centro de salud y la pista polideportiva.
El alcalde Eneko Goia ha presentado esta mañana cómo será la Bretxa en el futuro y ha destacado el paso de un complejo eminentemente comercial a equipamiento público en un porcentaje importante, «y además la parte comercial que quedará será la que nos interesa: la tradicional y enraizada con la identidad de la ciudad». Además la obra supondrá una importante mejora del entorno. En todo caso el resumen es este: el mercado tradicional estará a la altura de la calle («le daremos brillo», puntualizó Goia), y se construirán el centro de salud previsto y la pista polideportiva.
En la primera planta del edificio Pescadería habrá un espacio destinado a un proyecto de promoción del producto local y la gastronomía vasca. Junto al traslado del mercado tradicional a la planta a pie de calle del edificio Pescadería, los puestos de los baserritarras también verán modificada su ubicación de la calle San Juan a la fachada sur del edificio Arkoak en la misma plaza de la Bretxa. La desaparición del conocido como ‘tupperware’ supondrá la creación de una plaza. Todo ello conllevará la modificación del acceso a la zona subterránea, que se trasladará al costado de la plaza, es decir, a la parte más próxima a la calle Aldamar, desde donde se accederá a los comercios del sótano.
El nuevo centro de salud se situará en parte de la primera planta, segunda y tercera, mientras que la pista polideportiva se ubicará en la segunda y tercera planta.
La entrada a ambas instalaciones se realizará de manera independiente desde la calle Aldamar, que verá su acera ampliada.
Otra de las grandes novedades del proyecto tiene que ver con el edificio Arkoak, que actualmente ocupan diferentes marcas comerciales. Una vez aprobado el Plan Especial, se procederá a la apertura y rasgado de los arcos, devolviendo así el edificio a su configuración original y dándole de una mayor permeabilidad hacia el interior.
El convenio firmado entre Ayuntamiento y concesionaria fija un canon que el Consistorio cobrará a la empresa por los años que restan hasta el fin de la concesión. Este canon ha quedado fijado en 3 millones de euros, que la empresa concesionaria aportará asumiendo la realización de determinadas obras que corresponderían al Ayuntamiento (las obras básicas del edificio). El Ayuntamiento pondrá a disposición de la empresa concesionaria la totalidad del edificio Pescadería, así como otros espacios para la realización de dichas obras, y entregará parte del edificio -las zonas correspondientes al centro de salud y la instalación deportiva- una vez finalizados los trabajos estructurales. Anualmente la empresa cumplirá con el pago de 127.000 euros hasta 2048, que es cuando terminaría la concesión.