San Sebastián, 7 nov (EFE).- La nao San Juan ha recorrido este viernes sus primeros metros en el mar Cantábrico tras su botadura desde el astillero tradicional Albaola de Pasaia en una ceremonia en la que la tradicional botella de champán contra el casco ha sido sustituida por un bautismo con sidra.

Minutos después de las 17.00 horas, los técnicos de Albaola han comenzado la operación que ha aprovechado la pleamar para soltar el carro sobre el que ha estado montado la imponente embarcación, réplica de la original nao San Juan, el ballenero vasco que se hundió en 1565 tras encallar en la localidad canadiense de Red Bay.
La sidra que ha rociado su casco ha marcado el inicio del proceso que ha puesto al barco en el mar.
En cuanto ha tocado el agua la comitiva han sonado cuernos y caracolas e incluso algunos ‘irrintzis’ desde el pantalán aledaño a la factoría Albaola.
Siete operarios han subido a la embarcación mientras el director de Albaola, Xabier Agote, supervisaba desde cubierta, con rostro serio, la salida de la embarcación de 28 metros de eslora, una ceremonia que ha sido contemplada por cientos de ciudadanos que han abarrotado los laterales de la bocana del puerto de Pasaia.
Sobre las 17.25 horas la San Juan ha flotado y se ha podido apreciar cómo el agua mecía la embarcación de madera de seis metros de altura en un suave balanceo.
Previamente a las 15.30 horas ha tenido lugar el acto institucional a puerta cerrada en el interior del astillero presidido por el lehendakari, Imanol Pradales, en el que han participado también el secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, además del embajador de Canadá en España y el español en el país americano.
También han estado la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, y la delegada del Gobierno en el País Vasco, Marisol Garmendia, entre otros representantes institucionales.
Ataviado con su vestimenta típica, ha acudido también un representante de los micmac, la tribu india que en el siglo XVI convivió con los marineros vascos en las explotaciones balleneras de Terranova y Labrador.
Nueva fase
Una vez alejada unos metros del astillero, un remolcador del puerto ha conducido la nao hasta un emplazamiento técnico donde durante el invierno continuará la nueva fase en la que se adentra la embarcación con la construcción de mástiles y velas, el ancla y la motonería, entre otros efectos.
El proyecto que comenzó que comenzó hace más de una década como una de las iniciativas más destacadas de la Capitalidad Cultural Europea de San Sebastián 2016 se ha prolongado casi una década.
La fidelidad con la que los carpinteros de ribera de Albaola han llevado a cabo durante estos años el proyecto, en el que todas las piezas de la embarcación han sido replicadas meticulosamente con las técnicas de hace cinco siglos, impidió cumplir los plazos previstos inicialmente, pero sirvieron para museizar todo el proceso de creación del navío que ha podido ser presenciado a lo largo de todo este tiempo en las instalaciones de Albaola tanto por visitantes locales como por turistas.
La San Juan se convertirá desde ese momento en sí misma en un barco-museo visitable y en un espacio abierto al público para conocer en detalle la tecnología naval del siglo XVI y la vida a bordo de aquellos navegantes.
Aunque no hay fecha para la completa finalización de estas labores, Albaola trabaja con el horizonte puesto en el año 2027, cuando la San Juan pretende replicar uno de los viajes que los balleneros vascos realizaban en el siglo XVI hasta Canadá.



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