‘Los domingos’, la película que no cambia las creencias pero «dispara las conversaciones»

Madrid, 21 oct (Marina Estévez Torreblanca/EFE).- ‘Los domingos’, la historia de una adolescente que quiere ser monja de clausura, llega este viernes a los cines tras ganar la Concha de Oro del Festival de San Sebastián sin pretender influir en las creencias de los espectadores, pero sí «disparar las conversaciones», ha asegurado a EFE su directora, Alauda Ruiz de Azúa.

«Yo no creo que esta película vaya a cambiar las creencias de nadie, cada uno llegará a la película con su visión de las cosas. Pero sí plantea preguntas específicas en torno a cómo se construye una vocación religiosa o qué pasa si intentas elegir otra familia«, ha explicado la cineasta vasca (‘Cinco lobitos’, ‘Querer’) en una entrevista.

Además, rechaza que en este asunto haya «dos bandos», y explica que en los pases de preestreno se le han acercado personas creyentes a decirle que si su hija les dijera que quiere entrar en un convento reaccionarían como el personaje de Patricia López Arnaiz, la tía de la joven, es decir, tratando de impedirlo.

Blanca Soroa entiende a su personaje

Sin embargo, la protagonista de la película, Blanca Soroa, asegura que tras interpretar a una joven idealista y brillante que vive una vocación religiosa y trata de obtener la comprensión de su familia, entiende a Ainara, su personaje.

«Si me lo preguntan antes de hacer la película seguramente habría dicho otra cosa, pero ahora, como he trabajado mucho mi papel porque yo no tenía más herramientas como actriz que creer en lo que sentía y verlo como algo real, para mí es muy fácil entenderla«, ha afirmado la actriz de 17 años.

Este es su estreno en la pantalla, ya que su bagaje venía más del lado musical, y estudia desde los seis años piano y canto, precisamente en el conservatorio que aparece en la película como sede del coro que entona el ‘Into My Arms’ de Nick Cave and The Bad Seeds.

«A mí me parece muy bien que la gente joven intente descubrir su propia fe, elegir si cree en algo, si no cree en nada o si cree en muchas cosas. Es importante para un adolescente y para las personas en general buscar un refugio en la religión, o a lo mejor en la música, o el arte«, ha añadido.

Un padre posible por torpe y egoísta

Una visión sobre las vocaciones religiosas que muestra a una generación sin la «mochila» de otras más mayores, reconoce a su lado Miguel Garcés (‘Querer’, ‘20.000 especies de abejas’) que en la película interpreta al padre de Ainara.

«A nuestra generación -él tiene 51 años- el tema de la religión nos pesa, nos hace ser prudentes y mirar con otra mirada. Creo que su generación (la de Blanca Soroa) no tiene esa mochila, quizá es más ingenua, más limpia».

Sobre su complejo papel, el intérprete remarca que ha intentado componer un «padre posible». «No quería hacer un personaje malvado o distante, sino un ser humano que quizás sea un poco torpe o mire por lo suyo», ha subrayado.

Sentimientos encontrados -del egoísmo a la culpabilidad, o a querer también hacer bien las cosas- que el actor ha trabajado junto a Ruiz de Azúa.

«Priorizo mucho el trabajo con los actores y las actrices, y construyo mucho el resto de lo que hago en torno a ese trabajo que hago con ellos», ha remarcado al respecto la directora y guionista, que admite que se suele sentir más cómoda en la escritura de personajes femeninos, y por eso sus películas y series las han protagonizado mujeres hasta ahora.

Respecto al asunto de la religión, asegura que no estaba presente en la conversación pública cuando empezó a hablar de la película con los productores -la idea le viene rondando desde hace años, ya que es un caso real que vivió una persona conocida- pero cree que ahora vive un momento de cierto «revival o revisitación».

«Siempre digo que independientemente de que seas una persona católica o no, todos necesitamos encontrar algún asidero. La gente creyente lo encuentra en la fe, la gente no creyente intenta, o intentamos, encontrarlo en otros sitios, pero creo que esa necesidad de algo que llene el vacío más existencial o espiritual, la compartimos todos los que estamos en el mundo», ha remarcado la cineasta.