No están convencidos los vecinos de Loiola con la solución del Ayuntamiento de reparar y reabrir el puente de Astiñene en enero para el paso de ciclistas y peatones y decidir si merece la pena o no arreglarlo en profundidad para el paso de vehículos. Ocurre que este nexo entre Loiola y Egia, que permanece cerrado desde agosto por la aparición de una grieta, contará con un sustituto en un plazo de dos años y medio. De ahí que el Consistorio esté valorando en qué grado reparar el actual puente, tal y como explicó el alcalde Eneko Goia el pasado 18 de octubre.
Sin embargo los vecinos de la zona, «hartos de la espera», han iniciado movilizaciones y este mismo viernes 27 han anunciado una cacerolada. Dudan de que se vaya a dar una solución próximamente, se consideran «mal informados» y «muy afectados en el día a día por esta situación que se alarga».
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