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‘Misterio en Venecia’, Kenneth Branagh vuelve con el Poirot más magistral

El cineastas revitaliza al popular personaje de Agatha Christie en la mejor película (hasta la fecha) de la saga

Kenneth Branagh en una escena de ‘Misterio en Venecia’.

Una puerta que se cierra, una sombra, un grifo que gotea con inquietante estruendo, unos pasos a lo lejos, la oscuridad… Si el misterio tiene un buen cómplice, éste es el cine. Y no sólo porque es uno de los géneros que más atrae al público, especialmente porque la narrativa cinematográfica se presta de forma magistral a la creación de sensaciones o, mejor dicho, a la manipulación de éstas. Así, una puerta que se cierra, una sombra, un grifo que gotea, aderezados con la iconografía visual más conocida de la ciudad de los canales (máscaras, góndolas…) trasladan al espectador a un nuevo caso de Hércules Poirot en el que Kenneth Branagh vuelve a rejuvenecer y dar nuevos bríos al detective más célebre de la escritora Agatha Christie (1890-1976).

Misterio en venecia 2 - ‘Misterio en Venecia’, Kenneth Branagh vuelve con el Poirot más magistral

Misterio en Venecia’ llega tras ‘Asesinato en el Orient Express’ (2017) y ‘Muerte en el Nilo’ (2022), también dirigidas por Branagh, pero, a diferencia de éstas, se trata de una adaptación muy libre de su novela ‘Las manzanas’ que el guionista Michael Green ha llevado (literal y metafóricamente) a otros terrenos que han sentando muy bien a la saga. ‘Misterio en Venecia’ es la más notable de las tres que hasta ahora ha dirigido Branagh y en ella el cineasta británico de ‘Enrique V’ y ‘Mucho ruido y pocas nueces’ ha volcado no sólo su increíble sentido de la dirección escénica, sino también, retrotrayéndose a uno de sus primeros filmes, ‘Morir todavía’ (1991), a una realización efectista y efectiva al más puro estilo Alfred Hitchcock aderezada con hermosos planos contrapicados y un montaje sobresaliente. Lo singular de ‘Misterio en Venecia’ es que logra crear con maestría una atmósfera de suspense gótico digno de un relato de Edgar Allan Poe. Quizá porque, a diferencia de las dos anteriores entregas de la saga, ‘Misterio en Venecia’ no cuenta con un reparto de grandísimas estrellas que destacan sobre el personaje y sí con muy buenos actores que interpretan su papel (como Tina Fey o Jamie Dorman y Jude Hill que vuelven a encarnan a un padre y un hijo tras la hermosa ‘Belfast), Branagh puede centrarse en ‘jugar’ con los personajes y el espectador y crear una película que, si bien no es brillante en la resolución argumental del misterio, sí que fascina durante el proceso que conduce hasta ella.

Misterio en venecia - ‘Misterio en Venecia’, Kenneth Branagh vuelve con el Poirot más magistral

Prevalece también en este filme ese gusto por los detalles, ese amor que Branagh pone en todos las películas que dirige ya sean más personales como ‘Belfast’ o ajenas como ‘Cenicienta’ o ‘Thor’. Aquí se disfruta en esas maravillosas escenas de la fiesta de Halloween para los niños que se celebra en la mansión maldita (las imágenes del teatro de títeres son una delicia) o en las secuencias de la llegada de la medium (Michelle Yeoh) oculta con capa y máscara deslizándose por las aguas de Venecia.

Pero, como en todas las obras de Agatha Christie no hay que perder de vista un asesinato (o varios) que resolver, aunque en este caso, Poirot tendrá que poner todo su empeño en dar una explicación racional a lo que a todas luces parece ser obra de un grupo de insaciables niños fantasma en su venganza de ultratumba. ¿Es real lo que está viendo? Precisamente de creer o, mejor dicho, de la falta de fe trata en cierta manera ‘Misterio en Venecia’, que arranca con una sesión de espiritismo para contactar con la hija de la anfitriona de la casa que, presuntamente, enloqueció y se suicidó coaccionada por los fantasmas del inmueble.

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No es el mejor momento para Poirot. Ha perdido su interés en el ser humano y vive retirado en Venecia sin querer saber nada de nuevos casos que resolver. Branagh vuelve a dar vida al famoso detective, un personaje al que, frente a los histronismos de otros actores como Peter Ustinov o David Suchet, que lo interpretaron en las famosas versiones cinematográficas que se hicieron en los años 70 y 80, infunde humanidad y una profunda melancolía, esas heridas de la vida que han hecho al detective encerrarse cada vez más en su particular mundo de pequeñas manías.

Esa sencillez, esa humanidad también tiene su reflejo en ‘Misterio en Venecia’ en una factura menos de ‘cartón piedra’ o de croma que sus predecesoras. Aquí Venecia es un personaje más, artísticamente amenazador en la noche de los espíritus, cruel, implacable, un bello misterio que ni siquiera el mismísimo Hércules Poirot puede resolver.


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