Nuevos ataques a la fauna en el entorno de Cristina Enea. Si hace unos días se denunciaba que habían arrancado la cola de un pavo real, Parkea Bizirik ha hecho pública hoy la desaparición de un nido de pava real que había generado gran expectación en las inmediaciones del parque de Cristina Enea. La hembra había realizado una puesta excepcional de ocho huevos —la más numerosa registrada desde que estas aves llegaron al parque en 1977—, pero tanto los huevos como la madre han desaparecido sin dejar rastro.
El nido, ubicado fuera del parque pero muy próximo a su perímetro, en un parterre elevado en el pasaje de Alkolea, estaba a punto de culminar la incubación.
El 14 de junio la pava todavía se encontraba empollando, pero el día 18 ya no había ni rastro de ella ni de la puesta. No se encontraron cáscaras en la depresión del nido, lo que indica que no hubo eclosiones.
Este hecho ha generado indignación en el entorno vecinal y naturalista, que según aseguran ven en este episodio un símbolo más del deterioro progresivo que sufre el entorno natural del parque. Entre las causas señaladas se encuentran la masificación de usuarios y la falta de vigilancia específica, la presión de los perros (muchos sueltos), etc.
Desde colectivos naturalistas y personas voluntarias que llevan décadas observando y protegiendo el entorno de Cristina Enea, se ha hecho un llamamiento al Ayuntamiento —tanto al gobierno como a la oposición— para abrir un diálogo conjunto que permita abordar una gestión del parque compatible con la conservación de su biodiversidad.
Reclaman que se escuche a quienes conocen el terreno y que en esas reuniones participen también los departamentos municipales responsables de su gestión. “No es solo un parque urbano. Es un espacio natural con valor histórico y ecológico que necesita protección real”, señalan.
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