La sierra de Aralar, siempre ha sido, para mí, un lugar profundamente mágico, un lugar que me aporta unas sensaciones que no siento en ninguna otra montaña, en la que mis viejas y gastadas botas han acertado a caminar. Aralar, de alguna secreta manera, me ha hecho lo que soy, pausadamente, siguiendo su ancestral ritmo natural. Ir al blog
La Asociación Artística de Gipuzkoa hace balance de sus 75 años con un documental
Tras el estreno de esta semana en Tabakalera el trabajo podrá verse íntegro en la página web de la entidad
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